Todo comenzó con un club social para pasarlo bien. Era principios de 1866, recién terminada la Guerra Civil, y un grupo de seis antiguos oficiales del ejército confederado buscaba una manera de entretenerse. El nombre que eligieron, Ku Klux Klan, probablemente derivado del griego antiguo Kuklos, círculo.
Aquellos hombres en Pulaski, Tennessee, sólo buscaban un escape, una fraternidad para pasarla bien, beber, charlar, y reírse del prójimo y de uno mismo. Sólo un año después todo se desmadró. Los fundadores perdieron el control, y el Ku Klux Klan fue transformado en un grupo terrorista.
Terror por medio de la violencia, amenazada y aplicada. El Ku Klux Klan se convirtió en la respuesta a la victoria unionista, en la réplica a la reconciliación y la reconstrucción. La esclavitud había sido proscrita y los negros eran libres. Pero libre también se muere.
Rituales y camaradería
El hombre es un animal social, decía Aristóteles. Siempre le han gustado las fraternidades, los clubes, las asociaciones en las cuales reunirse con personas que piensan o actúan como nosotros.
El Ku Klux Klan original, no era más que eso, un club social, no muy diferente de las fraternidades universitarias de la actualidad. Eso sí, el futuro de la organización tuvo mucho que ver con el hecho de que sus fundadores fueran soldados de los derrotados Estados Confederados de América.
Pronto, muchos otros soldados se unieron. En menos de un año ya se habían fundado grupos en casi todos los estados del sur. Desde su fundación en 1866 y sólo en el primer año, el Ku Klux Klan consiguió sumar más de mil hombres.
Pero a partir de 1867, miembros del clan se dieron cuenta del poder que ostentaban,y decidieron hacer algo con él. El Klan debería servir un propósito, y en esos tiempos, y en ese lugar, el propósito estaba muy claro.
Comienza la violencia
El objetivo del Klan era evitar que los republicanos fueran elegidos a los gobiernos del sur. Para ello había que evitar que los negros ejercieran su recién ganado derecho al voto.
Los primeros ataques del Ku Klux Klan tuvieron como objetivo a esclavos recién liberados. Primero recibieron amenazas, luego, fueron asesinados. Aquellos blancos republicanos que defendieron a los negros, recibieron igual tratamiento. No se sabe quienes fueron las primeras víctimas, pues el KKK no tiene la costumbre de reconocer sus crímenes.
Sin embargo, he encontrado al menos una fuente que sitúa el número de víctimas en alrededor de 700, sólo entre 1877 y 1881.
Aún así, el éxito del clan fue limitado. Sí consiguió debilitar a algunas de las organizaciones en defensa de los ex-esclavos, y algunos abandonaron la política por miedo a las amenazas. Pero la violencia de los encapuchados generó una reacción por parte de Washington.
Reconstrucción
El Sur perdió la guerra y los esclavos fueron emancipados por Lincoln. Esto daba al traste con el estilo de vida del sur, y con uno de sus principales motores: la mano de obra esclava en las grandes plantaciones.
No quedó otra que aceptar la libertad de los negros, pero pronto los gobiernos del sur buscaron maneras de esquivar el mandato. Los estados del sur aprobaron leyes limitando el acceso de negros a la educación, la sanidad y otros derechos.
Pero el gobierno republicano no se quedó con los brazos cruzados. En contra de los deseos de Lincoln de no castigar duramente a los ex-rebeldes, las elecciones de 1867 llevaron al poder a los republicanos más radicales, que pronto aprobaron tres enmiendas a la Constitución, las llamadas Enmiendas de la Reconstrucción.
La Enmienda XIII, aprobada en 1865, abolía la esclavitud. La XIV, aprobada en 1868, garantiza los derechos de todas las personas, así como la protección igualitaria de la ley a todos los ciudadanos. La Enmienda XVI, aprobada en 1871, prohíbe la discriminación del derecho al voto de los ciudadanos en base a su raza, color, o ”condición previa de servidumbre”.
Ante la oposición de los demócratas y los ex-confederados, el gobierno federal tomó finalmente la decisión de poner los gobiernos de los estados del sur bajo el mandato del ejército.
Fin del Primer KKK
En 1868, el Presidente Ulysses S. Grant, el victorioso general de la unión, prometió proteger a los negros. Apoyó las Enmiendas de reconstrucción, y la aprobación de las Leyes de Ejecución, que aplicaban las tres enmiendas.
Grant luchó activamente contra el Ku Klux Klan, y en pocos años logró acabar con la organización. Su falta de un organigrama más allá de los grupos locales, la intervención del ejército y el éxito del Programa de Reconstrucción, redujeron sus números hasta que prácticamente no quedó ningún rescoldo.
Hollywood, en buena parte, sería responsable de reactivar el Ku Klux Klan.
Renace el Ku Klux Klan
El Día de Acción de Gracias de 1915, un médico y pastor, se subió con 15 hombres más en un autobús, y se dirigió a una explanada fuera de su ciudad, Atlanta. En la zona conocida como Stone Mountain, una formación de granito, William Joseph Simmons levantó una cruz de madera y le prendió fuego.Mientras lo hacía, anunció el renacimiento del Ku Klux Klan.
Simmons era un personaje al que le gustaba mucho pertenecer a clubs y asociaciones. Era muy dado al ritualismo, especialmente si era secreto. Entonces, aquel verano de 1915, apareció en los cines “The Birth of a Nation” («El Nacimiento de una Nación”).
Una película muy controvertida, TBoaN es un drama épico sobre dos familias americanas durante la Guerra Civil y el periodo de Reconstrucción. También relata el nacimiento y primeros años del Ku Klux Klan.
El problema fue que D.W. Griffith, el director, muestra en su película a un KKK heróico. Sus hombres encapuchados, se ven rescatando a una indefensa mujer de las garras de los negros. Para Simmons, no obstante, la película fue su inspiración para reactivar el Klan.
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El zenith del Ku Klux Klan
Los primeros años del KKK II no fueron muy fructíferos. Los estadounidenses estaban distraídos ganando dinero, y por la guerra en Europa. Entonces, Simmons tomó una decisión de calado.
En la primavera de 1920, Simmons contrató a dos publicistas profesionales, Mary Elizabeth Tyler y Edward Young Clarke, para ayudarle en la promoción. Hasta entonces, sus esfuerzos se habían limitado a anuncios en los periódicos, con títulos como “La Orden Secreta, Social, Patriótica, Fraternal y Beneficiosa del Mundo”.
Tyler y Clarke idearon un programa de reclutamiento. Dividiendo al país en zonas administrativas, contrataron a 1.000 miembros del clan para servir como reclutadores. Por cada nuevo miembro, que debía pagar 10 dólares por apuntarse, los reclutadores se llevaban una comisión.
En menos de un año, las filas del Ku Klux Klan pasaron de unos pocos miles a 100,000. En 1921, se reportaron más de cien actos de violencia perpetrados por el nuevo Ku Klux Klan, y el gobierno federal inició una investigación.
La publicidad, en lugar de afectar al clan negativamente, le consiguió un millón más de nuevos miembros para 1922.
Se extiende el odio
Bajo el liderazgo de Simmons, el Ku Klux Klan extendió su manto de odio. Los negros ya no eran el único enemigo. Se añadían los judíos y los católicos, y cualquier grupo ajeno a los blancos protestantes. Era el inicio del movimiento de la “supremacía blanca”.
Simmons fue expulsado y sustituido en 1925 por un dentista tejano, Hiram Evans. Hacia mediados de la década, el clan decía tener más de cinco millones de miembros, un 15% de los votantes. Y ya no sólo actuaba en el sur, sino que se extendió por todo el país.
El crecimiento del clan también se debió en buena parte al gran influjo de inmigrantes durante finales del siglo XIX y principios del XX. Los protestantes veían cómo la nación que ellos creían propia se transformaba, y ya no podían dominarla.
Pero aunque la membresía se había extendido a los estados del norte y del oeste, la violencia siguió estando limitada primordialmente a los estados del sur. Cientos de negros fueron asesinados, ya fuese ahorcados, quemados o con armas de fuego.
Muchos otros, incluidos mexicanos, fueron maltratados, acosados o acusados falsamente de crímenes para encarcelarlos.
La Gran Marcha
Envalentonado, Hiram Evans decidió darle aún más publicidad al KKK. El 8 de agosto de 1925, más de cincuenta mil miembros del Ku Klux Klan se reunieron en Washington D.C. Encapuchados, aunque mostrado sus caras, marcharon por la Avenida Pennsylvania, desde el Capitolio hasta el monolito del Monumento a George Washington.
Los representantes de cada estado pisaron fuerte por las calles de la capital, mostrando pancartas en favor de la “supremacía blanca”, y en contra del multiculturalismo. No hubo altercados, pues era un día muy caluroso y la mayoría de vecinos prefirió quedarse en casa.
Finalmente, una fuerte tormenta dio al traste con el acto final y desperdigó la manifestación sin la intervención de las autoridades.
Washington interviene
La Gran Marcha de 1925 despertó al gobierno federal. El Ku Klux Klan había demostrado su poder en Washington, justo enfrente a las instituciones que garantizan la libertad y los derechos civiles de todos los norteamericanos.
A instancias del gobierno federal, las agencias y cuerpos de seguridad del estado comenzaron una campaña de investigaciones sobre el Ku Klux Klan. No sólo los crímenes violentos entraron en liza, también sus cuentas, y sus líderes.
En pocos años, decenas de miembros del KKK fueron juzgados, ya fuese por crímenes de sangre o por sus muchos negocios ilegales. La campaña también provocó conflictos internos, que debilitaron aún más la estructura del clan.
De los cinco millones que presumía el KKK en 1925, un lustro después no quedaban ni 50,000 miembros. La crisis bursátil de los años 30 y la Segunda Guerra Mundial dieron la puntilla a la reencarnación del Ku Klux Klan.
Tercer Ku Klux Klan
Donde una vez hubo fuego quedan los rescoldos, dice el dicho. Y así le sucedería al Ku Klux Klan, renacido de las cenizas después de la guerra. En realidad el clan nunca había desaparecido por completo, y grupos independientes continuaron sus ataques hasta finales de los años 50.
Para entonces, grupos de afroamericanos y blancos defensores de los Derechos Civiles comenzaron a organizarse. Surgieron personajes como Martin Luther King, un pastor bautista sureño, y Malcolm X, su equivalente musulmán más radical.
King y Malcolm X diferían en la estrategia, pero no en el objetivo, lograr la completa igualdad entre blancos y negros en el sur, aún segregado. Ambos líderes pronto se convirtieron en los peores enemigos, y en blancos del Ku Klux klan. King sería asesinado por un miembro del clan en 1968.
Pero la lucha por los Derechos Civiles también despertó el racismo subyacente en la sociedad estadounidense de aquellos años. Muchos blancos que no querían mezclarse con los negros, se fijaron en el nuevo Ku Klux Klan y vieron en la organización racista un espejo en el que mirarse.
Las listas de miembros volvieron a inflarse. También aumentó su agresividad. Volvieron las amenazas, los linchamientos, las bombas. Ante la decisión de la Suprema Corte de Justicia de integrar los colegios, el Klan atentó contra escuelas.
Contra los Derechos Civiles
El clan se reavivó debido al activismo de muchos para promover y defender los Derechos Civiles. La política de “iguales pero separados”, que había sido aplicada desde finales del siglo XIX, comenzó a ser desmantelada por variadas decisiones de las cortes.
El enemigo estaba claro, la lucha por extender las libertades a todos los ciudadanos, sin importar color, religión o sexo. El Ku Klux Klan combatió en todos los frentes, como siempre con violencia.
El KKK contaba para entonces, y desde hacía décadas, con la colaboración de numerosos cuerpos de policía, alcaldes y gobernadores. Eso dificultó el trabajo de las agencias federales, pero estas no se echaron para atrás.
Organización terrorista
La lucha por los Derechos Civiles se centró en el sur, principalmente en los estados de Alabama y Mississippi. Activistas de todo el país, blancos y negros, acudieron a estas regiones a colaborar con programas de registro para el voto.
Intentaban borrar el miedo que muchos afroamericanos tenían de acudir a las urnas, frente a las amenazas de grupos como el Ku Klux Klan. El KKK, que ya estaba siendo considerado como una organización terrorista, decidió actuar.
En junio de 1964, tres miembros del Consejo de Organizaciones Federadas (COFO, por sus siglas en inglés), llegaron a Mississippi para registrar a potenciales votantes negros. Andrew Goodman (25) y Michael Schwerner (21), neoyorquinos, y James Chaney (21), de Meridian Mississippi, acudieron el 21 de junio a Longdale, para visitar los restos de una iglesia quemada por el KKK, y hablar con el pastor.
Antes de partir del cuartel general de la COFO en Meridian, Schwermer avisó: “si no volvemos a las 16:00, empezad a buscarnos”. Cheney les acompañó como conductor de una ranchera perteneciente a la COFO.
Mississippi Burning
Después de visitar los restos de la iglesia y charlar con algunos miembros de su congregación, el trío de jóvenes decidió volver a Meridian. Poco antes de las cuatro, pasaron por el pueblo de Philadelphia. En eso, pincharon una rueda.
La mala fortuna quiso que el ayudante del sheriff, Cecil Ray Price, pasaba por ahí. Cecil se acercó y se dio cuenta de quienes eran, y llamó a la comisaría. Ahí le sugirieron que arrestara a los jóvenes activistas. La excusa, que supuestamente Chaney conducía a 65 millas por hora en un tramo de 35.
A las 16:45, alguien en COFO Meridian dio la alarma ante la ausencia de sus colegas. Llamaron a las autoridades del condado pero no obtuvieron respuesta. Inmediatamente montaron un dispositivo de búsqueda.
Mientras tanto, ya por la noche, Price dejó ir al trío de activistas, pero los siguió en su patrulla. En la carretera se le unieron ocho hombres más en diversos vehículos. Price detuvo nuevamente a la ranchera, y sus ocupantes fueron asesinados a sangre fría.
Kennedy y el F.B.I.
La noticia de la desaparición de los activistas corrió como la pólvora. Esa misma noche, el Fiscal general, Robert F. Kennedy, dio la orden al Director del F.B.I., Edgar J. Hoover, de enviar a 150 agentes para investigar.
A Philadelphia llegaron también 400 marinos de una base cercana para ayudar en la búsqueda. El día 23, agentes del F.B.I. encontraron la ranchera de la COFO calcinada y escondida en un bosque. Hoover dijo a Kennedy que, con toda probabilidad, Schwerner, Chaney y Goodman estarían muertos.
Durante la búsqueda, los agentes encontraron los cadáveres de otros ocho activistas secuestrados y asesinados por el KKK en los meses anteriores. La atención de los medios y del público se centró en Mississippi durante esos días, y la presión recayó en el gobierno para que encontrara a los culpables.
Trabajo policial
Los agentes del F.B.I. conocían bien al KKK. Pero esta vez, bajo el ojo público, se vieron obligados a actuar con mayor prestancia. Poco a poco, la policía federal se infiltró en la organización del Ku Klux Klan, y comenzó a atar cabos.
El 4 de agosto, los cuerpos de los jóvenes fueron encontrados, gracias a un chivatazo. La reacción popular no se hizo esperar, y el gobierno puso más recursos. La presión, además, ayudó a conseguir más información.
A finales de noviembre, por fin, el F.B.I. estaba preparado para pasar a la siguientes fase. En los próximos días, un total de 21 hombres fueron detenidos, incluidos Price y varios policías más. Dos de ellos confesaron su participación en el asesinato, y con ello la policía ató los cabos.
Cuestión de derechos
Sin embargo, el gobierno del estado de Mississippi decidió no imputar por asesinato a los arrestados. El fiscal del estado dijo que no tenían suficiente evidencia, y que no conseguirían una sentencia.
Entonces Kennedy y su equipo sugirieron que los hombres fueran acusados por violar los Derechos Civiles de las víctimas, un crimen federal. No sería un juez de Mississippi quien llevara el caso, sino uno federal.
Escena de la película Mississippi Burning, inspirada en el asesinato de los tres activistas.
Me he extendido un poco con esta historia, pero hay una razón. El hecho de que el F.B.I. decidiera utilizar la violación de Derechos Civiles como causa, sacaba a los acusados de su entorno, donde podrían obtener sentencias mucho más laxas, si acaso.
Además, durante la investigación, los cuerpos de seguridad obtuvieron mucha información que les ayudó a desmantelar buena parte de la infraestructura del clan en el estado. El F.B.I. seguiría la misma táctica por todo el sur.
Patadas de ahogado
Los éxitos de la policía en contra del Ku Klux Klan provocaron una reacción entre sus miembros. Muchos se envalentonaron, y los asesinatos crecieron. No obstante, poco a poco, el F.B.I. y otros cuerpos policiales asfixiaron al clan y a sus líderes, si no por los asesinatos, por sus negocios turbios.
La fórmula utilizada contra Al Capone funcionó también contra el clan. A partir de los años 60, pocos líderes han conseguido evitar la cárcel. Para más inri, una nueva generación de estadounidenses, convencida de la necesidad del cambio, se volcó en contra del clan.
Pero ahí sigue
El Ku Klux Klan perdió la batalla por los Derechos Civiles. Los afroamericanos y otras minorías consiguieron no sólo algunos derechos que antes se les negaban. También se ganaron el respeto de muchos de sus conciudadanos blancos.
Pero una organización tan descentralizada como el KKK, con grupos autónomos en buena parte del país, es capaz de resistir muchos envites. Desde los años 70, el clan no pasa de los 5,000 miembros, aunque crímenes de sangre se siguen cometiendo en su nombre.
No obstante, el Ku Klux Klan sigue ahí. En la actualidad el clan continúa vendiendo su mensaje de odio, de intolerancia, y de la pureza de la “supremacía blanca”. Ese es el único mensaje que les queda.
Conclusión
En un país garantista como Estados Unidos, es casi imposible ilegalizar a una organización como el KKK, por eso aún existe. Eso sí, está siempre bajo vigilancia, y cualquier error da con sus miembros o líderes tras las rejas.
Ciento cincuenta años de terror blanco han dejado su huella en la historia. El Ku Klux Klan, una fraternidad social, se convirtió en un instrumento de odio y de terror. Durante décadas, las reencarnaciones del clan cometieron muchos crímenes, y mantuvieron al sur del país en un estado de sitio social.
Ahora queda poco del KKK, pero no podemos cantar victoria, El monstruo de la intolerancia ha revivido dos veces, y puede volverlo a hacer. Nunca debamos bajar la guardia.
Excelente y amena lectura!!
Muchísimas gracias Jesús, intento contar episodios de la Historia de una manera sencilla. Así es como soy, y como me gusta hablar.
Mil gracias nuevamente y un saludo cordial!
De las mejores narraciones que te he leído. Excelente. 🙂
Uff! Muchísimas gracias Angel! Me quedo sin palabras… 😛 He intentado hacer lo de siempre, contar una historia de manera sencilla y amena. Me halaga que te haya gustado.
Mil gracias nuevamente y un abrazo!