Si la separamos del resto de Grecia, Esparta no fue una de las grandes civilizaciones de la antigüedad. No fue un gran imperio, ni por tamaño ni por conquistas, ni siquiera por su legado cultural. No obstante, Esparta destaca en el imaginario histórico moderno.
Hay razones para ello. La sociedad espartana se distinguió por su radicalidad. Algunas de sus leyes y comportamientos fueron tan extremos en su tiempo como lo serían en el nuestro. Esparta era diferente, muy diferente, extraña, incluso para el resto de sus vecinos griegos.
Esparta dejó muy poco material para su estudio. Al contrario que los atenienses, no se preocuparon por levantar monumentales edificios, ni por escribir su propia historia. Buena parte de lo que sabemos de los espartanos nos ha llegado por fuentes externas.
Este es un punto muy importante, pues es muy posible que, siendo las fuentes extrañas a Esparta, los testimonios sean exagerados. Si es tu enemigo quien escribe sobre ti, lo más probable es que no te deje en buen lugar.
Aún así, Esparta brilla. No sin ayuda de Hollywood, un evento como la Batalla de las Termópilas ocupa un importante lugar en la historia de la antigüedad. Los “300”, que no eran trescientos, venden más que Maratón o Salamina.
En las próximas semanas publicaré una serie de artículos relacionados con esta civilización extrema. Sin juicios de valor, analizaré la historia y las costumbres de los espartanos.
Empezaré hoy con una breve historia de sus comienzos, de su llegada a lo que ahora llamamos Grecia, y de cómo, por medio de la violencia, se establecieron como la fuerza dominante en la Península del Peloponeso.
El pueblo de pastores
Los primeros habitantes de los que tenemos noticia en el Peloponeso datan del neolítico medio, hace alrededor de 10,000 años. Sabemos muy poco de ellos, pues no dejaron ningún documento escrito.
A este periodo se le conoce como la Esparta Micénica, la misma Micenas rememorada por Homero en la Iliada. Helena de Troya, esposa de Menelao, a su vez hermano de Agamenón, rey de Micenas, eran originalmente Helena de Esparta.
El poder de Micenas ya había declinado cuando la llamada “Invasión Doria”, ocupó el sur de la Península del Peloponeso, hace unos 3.600 años.
El problema es que las fuentes son muy confusas, pues a menudo se mezcla la mitología con lo que podría ser historia.
Arqueólogos e historiadores modernos no han llegado a un consenso sobre el origen de los “invasores dorios”. Sin embargo, creen que simplemente eran pueblos “bárbaros” que ocupaban la zona norte de la península.
Relacionado: Mitología griega para principiantes.
Domina antes de construir
Llegaron los lacedemonios (espartanos) con sus ovejas a un valle protegido en tres de sus lados por altas montañas. Y encontraron un río, el Eurotas, del que obtendrían agua fresca. El lugar era propicio, un valle fértil, agua y seguridad.
Pero antes, los recién llegados decidieron buscarse mano de obra barata. Fueron primero a por los habitantes de Helos, al sur del valle, y los esclavizaron. La misma suerte sufrieron todas las pequeñas tribus vecinas.
Los Ilotas, nombre que recibieron el conjunto de pueblos subyugados, no eran esclavos a la usanza. No se vendían ni se traficaba con ellos. Los espartanos simplemente los ponían a trabajar en sus campos, para que ellos pudieran dedicarse a otras actividades.
En el 743 a. de C., según Pausanias, los espartanos fueron a por Mesenia, una próspera ciudad tras el Monte Taigeto. La guerra duró casi 20 años, hasta que en el 724 Esparta triunfó y esclavizó a sus habitantes.
Y entonces los espartanos construyeron su ciudad, Esparta. Hacia el año 700 a. de C., ya era la fuerza dominante en el Peloponeso.
Licurgo
Herodoto, Plutarco, Jenofonte y Platón hablan de Licurgo, el hombre que dio a Esparta sus leyes, su espíritu social. Todos estos personajes, no obstante, escribieron sobre él varios siglos después de su supuesta existencia, entre los siglos X y IX antes de Cristo.
Y digo supuesta porque no estamos seguros de que Licurgo haya existido realmente. Posiblemente fue una figura real, posiblemente, como Homero, se tratara de varias personas. En cualquier caso, Licurgo sería un noble, hermano de uno de los dos reyes de Esparta, y alguien que no estaba satisfecho con la organización social de los espartanos.
Acusado de querer hacerse con el trono matando a su sobrino, Licurgo decidió exiliarse voluntariamente, a viajar. Su destino fue Creta, donde estudió la cultura y las instituciones locales, y tomó nota.
También viajó a Jonia, la región oeste de la Península de Anatolia, salpicada de ciudades griegas. Según los egipcios, Licurgo los visitó. Doquiera que fuera, Licurgo absorbió los diferentes tipos de sistema de gobierno, con la intención de copiar lo mejor para aplicarlo en Esparta.
Esparta, la sociedad perfecta
Como las cosas no iban bien en Esparta, sus líderes pidieron a licurgo que volviera. Este, antes que nada, acudió al Oráculo de Delfos, a pedir consejo. Una manera de darle una base sólida a sus planeadas reformas.
Las leyes propuestas por Licurgo buscaban fundar una sociedad perfecta, basada en la igualdad, la preparación militar y la frugalidad. Su primer paso fue crear la Gerusía, un consejo de 28 ancianos, al que se sumaban los dos reyes, y que fungía como poder legislativo.
Seguidamente, Licurgo instituyó una reforma agraria, dividiendo la región en 30,000 fincas iguales, que fueron repartidas entre los ciudadanos. Cada terreno incluía una partida de Ilotas para que trabajaran la tierra.
También se atribuye a Licurgo la fundación del Agogé, la institución que se encargaba de la formación militar de los niños a partir de los siete años. La formación de los niños en el Agogé era extrema. Les enseñaba a sobrevivir en solitario, robando, matando si era necesario. El que no superaba la prueba, quedaría fuera de la sociedad.
En general, si existió, fue Licurgo quien introdujo las bases de la sociedad espartana, de la militarización de la sociedad, y de su planificación centralizada. En la Esparta de Licurgo, el individuo no tenía más valor que la de su posición en el y como parte del estado.
Próximamente
Como dije al principio, en las próximas semanas publicaré artículos sobre algunos de los temas más llamativos de la sociedad espartana: la selección eugenésica, la militarización de la sociedad, la igualdad de sexos, y la homosexualidad forzosa. Son de tal interés, que cada uno merece una entrada. ¡Hasta entonces!
No se.puede dejar de admirar esta civilización que dio tanto a la cultura occidental tenía sus lados oscuros pero su brillo a veses nos deslumbra y no deja ver el otro lado de cualquier forma gracias
Hola Jrge Luis,
creo que todas las civilizaciones de la antigüedad tuvieron sus luces y sus sombras. Nadie es perfecto. Sin embargo, creo que la sociedad espartana llegó mucho más lejos en la idea de crear una sociedad perfecta. No lo lograron, pero dejaron su marca en la historia por intentarlo.
Como veremos en los próximos episodios, ya los vecinos de Esparta se sorprendieron de su radicalidad. Ahora bien, es difícil juzgarlos desde el punto de vista de nuestra época, y no será esa mi intención. Yo cuento, y que cada uno saque sus propias conclusiones.
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.
Interesante información, sobretodo desde la película se ha dado más a conocer
Hola Josué,efectivamente, la película 300 le hizo muy buena publicidad a los espartanos. En cualquier caso, fueron una de las civilizaciones mas importantes de la antigüedad, y por ello he querido dedicarles algunos artículos. Hoy mismo he publicado otro de la serie, sobre el infanticidio eugenésico. Espero te guste.
Mil gracias y un cordial saludo.