Chappaquiddick es una pequeña isla en las costas del Estado de Massachussets. En realidad, se puede decir que Chappaquiddick es un apéndice de la isla vecina de Martha’s Vineyard, lugar de retozo veraniego de ricos y famosos, aunque en ocasiones las mareas separan ambas islas.
No es un lugar muy especial, ni espectacular. De hecho, si los eventos que contaré a continuación no hubiesen sucedido, pocos escucharían jamás el nombre de Chappaquiddick. Todo se lo debemos a uno de los hermanos Kennedy, el menor, Ted.
En la noche del 18 de julio de 1969, el ya Senador Edward Kennedy, presuntamente cometió una negligencia que costó la vida a una joven de 28 años, Mary Jo Kopechne, y de paso, terminó con sus propias aspiraciones a seguir el camino de sus hermanos.
Aquel evento enterró las posibilidades de Ted Kennedy de ser Presidente de los Estados Unidos. No tanto por lo que sucedió, que bien pudo ser un accidente, sino por la actuación posterior del político.
A fecha de hoy, no sabemos exactamente lo que sucedió. Kennedy evitó la cárcel admitiendo negligencia. Pero su historia era muy rara, y está llena de contradicciones. Nadie le creyó, y no es para menos.
Una tradición muy Kennedy
El célebre clan de políticos mantiene desde hace un siglo una residencia en las playas de Martha’s Vineyard. Ahí sedujo Joseph Kennedy a más de una actriz. Ahí se reunió JFK con los suyos para informarles de sus intenciones de buscar la presidencia.
También en la mansión Kennedy se organizaron muchas fiestas, siempre regadas de mucho alcohol y mujeres, como correspondía a la tradición familiar. Pero otras muchas veces, cuando las esposas y los niños estaban presentes, había que irse con la fiesta a otro lado.
Dos días antes de que Neil Armstrong pisara la Luna, Ted Kennedy, su primo Joseph Gargan y cuatro amigos más, alquilaron una casa en Chappaquiddick. Su intención era disfrutar de una barbacoa.
También presentes estaban seis chicas pertenecientes al grupo llamado “Boiler-room girls” (las chicas de la caldera): Eran voluntarias de la campaña presidencial de Robert F. Kennedy, terminada el año anterior tras el asesinato del candidato.
Todos eran jóvenes y amigos, aunque hay que decir que los seis hombres estaban casados, y las seis señoritas eran solteras, todas de 28 años o menos. Mary Jo Kopechne, una de ellas, no vería el siguiente amanecer.
Incidente en Chappaquiddick
Al día siguiente, Kennedy firmó el siguiente atestado:
El 18 de julio de 1969, aproximadamente a las 11:15 de la noche, en Chappaquiddick,Martha’s Vineyard, Massachusetts, iba conduciendo en mi coche en Main Street camino al ferry para volver a Edgartown.
No estaba muy familiarizado con la carretera, y giré a la derecha hacia Dike Road, en lugar de a la izquierda. Después de avanzar unos ochocientos metros, bajé por un vado y llegué a un puente angosto.
El coche se deslizó por el lateral del puente. Había un pasajero conmigo, la señorita Mary [Kopechne], una antigua secretaria de mi hermano, el Senador Robert Kennedy. El coche se hundió y se dio la vuelta, y tocó el fondo con el techo.
Intenté abrir la puerta y la ventana del coche, pero no recuerdo cómo pude salir. Llegué a la superficie y me sumergí repetidamente al coche para ver si la pasajero aún estaba dentro. No lo conseguí. Estaba cansado y en estado de shock.
Recuerdo haber andado hacia donde mis amigos estaban comiendo. Había un coche aparcado frente a la casa y me subí al asiento trasero. Entonces pedí que alguien me llevara a Edgartown. Recuerdo haber estado caminando por un rato y luego volver a mi habitación en el hotel.
Cuando esta mañana me di cuenta de lo que había sucedido, me puse en contacto con la policía inmediatamente.”
Repito, esto es lo que dijo Kennedy, que no necesariamente casa con la realidad.
Al día siguiente en Chappaquiddick
Alrededor de las 7:35 del día 19, Kennedy estaba charlando alegremente con el ganador de una regata del día anterior, y su esposa. Según la pareja, Kennedy estaba de lo más tranquilo y relajado.
A los pocos minutos aparecieron Gargan y Paul Markham, otro de los amigos presente en la fiesta, y hasta pocas semanas antes Fiscal de Distrito en Massachusetts. Los dos se llevaron a Kennedy a su habitación, donde tuvieron una aparente discusión.
No tardaron mucho antes de volver a salir. Esta vez, según la misma pareja, vieron a Kennedy muy nervioso.
Los tres hombres volvieron a Chappaquiddick en el ferry, y Kennedy se detuvo en un teléfono público para hacer tres llamadas a sus asesores. Eran alrededor de las 9:00 y aún no había reportado el incidente a las autoridades.
Entonces, le avisaron a Kennedy que la policía ya había encontrado el coche y el cuerpo de Kopechne. Fue en ese momento cuando por fin se decidió a acudir a la comisaría e informar del accidente.
Un testigo
Aproximadamente a las 0:30 del sábado, 45 minutos después de la hora en que Kennedy había dicho que ocurrió el accidente, el comisario Christopher Look salió de una fiesta para dirigirse a su casa, en Chappaquiddick.
No eran aún las 12:45, cuando Look vio que un coche se detenía en el Camino del Cementerio. Pensando que se habían perdido, Look se acercó a pie al coche.
Cuando se encontraba ya a unos 10 metros, el vehículo retrocedió, y cuando ya casi estaban a la misma altura, arrancó y viró hacia la derecha, por el Camino del Dique.
Look se fijó que el vehículo iba conducido por un hombre y llevaba una mujer en el asiento de pasajeros. También se fijó en la matrícula del Oldsmobile, pero solo pudo ver que empezaba con “L”, y que tenía dos “7”. La matrícula del Oldsmobile de Kennedy era L78-207.
Los agujeros en la historia
Para empezar, los tiempos que había indicado Kennedy en su primer testimonio no cuadraban con lo que había visto el Comisario Look, al menos en una hora.
Segundo, Kennedy dijo que no estaba muy familiarizado con los caminos, y que por eso, en lugar de dirigirse al muelle del ferry, se fue hacia la playa. Dudoso. Kennedy llevaba vacacionando en la zona desde su infancia, y acudía mucho a dicha playa. Conocía muy bien la zona.
Tercero. Según el político, poco después del accidente volvió a la casa de la fiesta para buscar ayuda. Dijo no haber visto ninguna otra vivienda, a pesar de que había al menos cuatro casas y una estación de bomberos bien iluminada, por la que tuvo que haber pasado.
Cuarto, Kennedy dijo que en la casa habló con Gargan y Markham, y que estos le acompañaron al puente para ver si encontraban a Mary Jo. Ninguna de las cinco chicas que quedaban en la casa vio a Kennedy volver, y tampoco vieron a nadie salir de la fiesta, hasta un par de horas después.
Pero el mayor misterio estriba en por qué Kennedy no había avisado a las autoridades esa noche; por qué había esperado hasta la mañana.
Posibles explicaciones
Al tratarse de una celebridad, la prensa y todo el país no tardó en interesarse por el caso de Chappaquiddick. A mediodía del sábado 19 el pequeño pueblo de Edgartown se había convertido en el centro de atención de todo el país.
Las primeras especulaciones no se dejaron esperar. Los comentaristas creían que Kennedy, bien conocido por su afición al alcohol, había tenido el accidente y, borracho, prefirió irse a dormir antes de que lo viera la policía. De hecho, mucha gente sigue creyendo que eso fue lo que sucedió.
Eso explicaría también su comportamiento al día siguiente. Probablemente estaba tan borracho que no se acordaba de nada. Por eso su cambio cuando Gargan y Markham le informaron.
Ahora bien, a las 7:35 de la mañana, cuando Kennedy habló con la pareja, parecía muy fresco y consciente, y no con resaca.
Todo era muy raro, y la actitud de Kennedy no ayudó. Después de dar su testimonio en la comisaría, fue llevado a la casa familiar de Hyannis Port, en Martha’s Vineyard. Ningún reportero pudo hablar con él.
El juicio
Kennedy se declaró culpable de negligencia por abandonar el lugar del accidente. Lo hizo, dijo, porque creyó que Kopechne ya había fallecido, y al llegar al hotel, cansado y en estado de shock, cayó rendido.
El juez le impuso la mínima condena por ese tipo de ofensas, dos meses de cárcel. Sin embargo, la condena quedó suspendida por la “impecable reputación del acusado”, y porque “ya había sido, y seguiría siendo castigado más allá de lo que la corte pudiera castigarle”.
Esa misma noche, Kennedy compareció en televisión, para dar nuevamente su versión. Lo malo es que dio una nueva versión.
Por ejemplo, en directo contó por primera vez que había vuelo a la casa para pedir ayuda, algo que no dijo en el atestado, ni en el juicio. También dijo que pidió a Gargan y Markham que no le dijeran nada al resto de las chicas, para no alarmarlas.
Kennedy negó que condujera bajo los efectos del alcohol, aunque en ningún momento se le pidió una prueba de alcoholemia. Dijo asimismo que los doctores le habían diagnosticado una “contusión cerebral” y “shock”, pero que no lo había mencionado en el juicio porque no quería utilizarlo como excusa.
Kennedy terminó diciendo lo mal que lo estaba pasando y que necesitaría tiempo para asimilar lo que sucedió. De paso, pidió a los electores de Massachusetts que ellos decidieran si debería renunciar o no a su escaño en el Senado.
Consecuencias políticas
Muchos de los ciudadanos del estado llamaron a las oficinas de Kennedy pidiéndole que no renunciara. En las elecciones de 1970, fue reelegido con el 62% de los votos. También ganó las siete elecciones siguientes, hasta su muerte en 2009.
Pero el incidente de Chappaquiddick sí tuvo un coste para el último de los hermanos Kennedy: la presidencia. En 1972, se dio cuenta de que las encuestas no le favorecían, y decidió no presentarse. Lo mismo en 1976.
Por el contrario, en 1979 entró en la carrera por la candidatura demócrata. Durante la campaña, una entrevista recordó a todo el país el accidente de Chappaquiddick, y la falta de claridad por parte del candidato. Perdió en las primarias.
Primer epílogo
Para muchos, el caso de Chappaquiddick se cerró en falso. Las investigaciones posteriores confirmaron que Mary Jo Kopechne había sobrevivido al menos dos horas en una burbuja de aire dentro del coche.
Si Kennedy hubiese avisado a la policía a tiempo, seguramente ella hubiese sobrevivido. Eso sí, debido a las leyes estadounidenses, Kennedy no podía volver a ser acusado por la misma causa. A nadie se le escapa que su posición, y la influencia de su familia, le ayudaron a salirse con la suya.
Segundo epílogo
Estados Unidos es un país donde los periodistas suelen hacer su trabajo. Ni todo el dinero de los Kennedy podrían evitar que investigadores independientes revisaran el caso de Chappaquiddick.
En un libro publicado sólo unos meses después, el periodista Jack Olsen, en su libro “El Puente en Chappaquiddick”, sugirió una nueva teoría. Según Olsen, era muy posible que Kennedy, al ver el coche del alguacil, hubiese decidido bajarse del coche y volver al hotel andando, para evitar que fuera cazado conduciendo bajo la influencia del alcohol.
En ese caso, Kopechne habría cogido el volante, y ella sola habría tenido el accidente. Eso explicaría la actitud tranquila de Kennedy a la mañana siguiente. También explicaría algunas de las contusiones de Kopechne, compatibles con que ella fuese la conductora.
Kennedy había preferido la acusación por negligencia que la de conducir bajo el alcohol. Además, debemos recordar que un hombre casado iba a altas horas de la noche con una mujer soltera.
En 1994, una investigación de la BBC llegó a las mismas conclusiones: Kopechne conducía el coche. Ella acostumbraba a conducir un Volkswagen Beetle, y no el Oldsmobile de gran cilindrada. No podemos olvidar que ella también había bebido copiosamente.
Hasta aquí la historia. ¿Sabremos algún día la verdad? Ni idea. En parte no serviría más que para satisfacer nuestra curiosidad. Una joven murió, y la carrera de un político quedó enterrada bajo el peso del agua en Chappaquiddick. Ningún otro Kennedy ha vuelto a ser candidato a la presidencia.
Un documental sobre el Incidente en Chappaquiddick (en inglés):