Es, después de la final de la Champions League, el evento más visto del año en la televisión. Aproximadamente 400 millones de espectadores vieron el Super Bowl LI entre los New England Patriots y los Atlanta Falcons.
Como casi todo lo que sale de Estados Unidos, el Super Bowl es una fiesta a lo grande. La semana anterior al partido, la “Super Bowl Week”, ocupa la atención de medio país, con eventos, entrevistas, conciertos y todo el marketing posible.
El Super Bowl es la final de la NFL (National Football League), y se juega entre los respectivos campeones de cada una de las Conferencias que componen la liga, la Americana y la Nacional. Estas conferencias están en el origen del partido, jugado por primera vez en 1967.
Originalmente, las dos conferencias eran en realidad dos ligas independientes, la NFL, fundada en 1920, y la AFL, que empezó a funcionar en 1960. A mediados de la década de los 60, la rivalidad llegó a tal punto que las dos decidieron fusionarse. De ahí nació el Super Bowl.
Principio y fin del monopolio
Desde sus inicios, la NFL dominó el deporte del Fútbol Americano, teniendo entre sus equipos a algunos de los mejores del país. Sin embargo, durante años tuvo que lidiar con la competencia de otras ligas. En el fútbol europeo, eso sería casi imposible, pues el monopolio de la FIFA es muy potente.
La calidad, y sobre todo, la buena organización de la NFL, le dieron el triunfo, y para 1946 ya era la única la profesional en el país. Sólo Canadá tenía una liga similar, pero no en el mismo mercado.
Sin embargo, en 1960 surgió una nueva liga, la cuarta versión de la AFL (American Football League). Sus gestores contaban con una nueva arma para financiar sus equipos, los contratos de la televisión, y pronto la AFL miraba a los ojos de su veterana competencia.
Los equipos de la AFL, pronto se atrevieron a contratar a jugadores del draft, robándoselos de las manos a los equipos de la NFL. Poco a poco, más gente iba a los estadios de la nueva liga, que así conseguía aún mejores contratos televisivos.
Hasta entonces, sólo la CBC transmitía el fútbol americano, pero sus rivales, la ABC y la NBC, se morían de ganas de entrar en el lucrativo negocio. Fueron ellas las que pusieron los recursos para que la AFL rompiera el monopolio de la NFL, y de la CBC.
De la guerra al amor sólo hay un paso
En 1965, la AFL subió las apuestas. Ya no se conformaba con llevarse a los jugadores colegiales, y comenzó a contratar jugadores ya establecidos en la NFL. La guerra por los contratos obligó a ambas ligas a ofrecer grandes cantidades de dinero en salarios y primas. Era una guerra que dañaba a las dos organizaciones.
Entonces, el 7 de abril de 1966 dimitió Joe Foss, hasta entonces el Jefe de la AFL. Su lugar lo tomó Al Davis, hasta entonces entrenador de los Oakland Raiders. Davis llegó con la intención de ser aún más agresivo. Ese mismo verano, siete mariscales de campo de la NFL se pasaron a equipos de la AFL.
Sin embargo, no todos los duelos de franquicias en la AFL estaban contentos. La “caza” les estaba costando muy cara, y sus beneficios desaparecían, lo mismo de lo que se quejaban los dueños de equipos en la NFL.
Sólo días después de que Davis tomara posesión, varios dueños de la NFL se reunieron, en secreto, en Dallas. Tex Schramm, dueño de los Dallas Cowboys, propuso a Lamar Hunt, de los Kansas City Chiefs, que la AFL pidiera fusionarse con la NFL.
A finales de mayo las dos ligas habían llegado a un acuerdo. La AFL se uniría a la NFL, y formarían una nueva liga. Cada una de las ligas se convertiría a una Conferencia, la NFC y la AFC. Tres equipos de la NFL original pasaron a la AFC para equilibrar las fuerzas.
Origen de un nombre
El problema es que ambas ligas ya tenían sus calendarios preparados para la siguiente temporada, y los contratos con las televisiones por varios años. Para solucionarlo, decidieron que la fusión se hiciese efectiva a partir de la temporada de 1970.
Pero para dar la imagen de unión, no obstante, el grupo de dueños decidió organizar un partido entre los campeones de ambas ligas/conferencias. Ese partido final sería el origen del Super Bowl, que aún no tenía nombre.
Hay dos vertientes, que no versiones, sobre cómo la final de la NFL llegó a llamarse Super Bowl. La primera es el asunto de los “bowls”, los tazones.
Desde 1902 se viene jugando el Torneo de las Rosas, en Pasadena, California. Es uno de los partidos finales de la liga colegial. En 1923, y debido a su popularidad, los responsables del torneo, decidieron construir un nuevo estadio.
El nuevo hogar del torneo se inspiró en el “Yale Bowl”, que debe su nombre a su forma de tazón, bowl en inglés. El nuevo estadio de Pasadena fue bautizado como Rose Bowl pues también tenía forma de tazón.
Otros partidos de importancia en las finales de la liga colegial, comenzaron a llamarse a sí mismos, “bowl”. El “Orange Bowl”, en Miami, el “Sugar Bowl”, en Nueva Orleans, y el “Cotton Bowl”, en Dallas.
El Super Bowl
Desde el principio de acuerdo de fusión, los dueños de la AFL y la NFL decidieron que su partido final debería llamarse “Bowl”, pero sin especificar un adjetivo. El mérito del bautizo se lo llevó Lamar Hunt, (imagen) dueño de la franquicia de Kansas City.
Resulta que, por aquel entonces, sus hijos jugaban con un juguete muy de moda, la “Super Ball”. Seguro que la conoces, aunque probablemente sin nombre. Es esa pelota como de goma que con un leve impulso rebota como loca por todas partes.
Como en inglés “ball” rima con “bowl”, Hunt sugirió al comisionado de la NFL, Paul Tagliabue, que la final se llamase Super Bowl. El problema es que el nombre no gustó a los otros dueños. La primera final de la NFL ya unida, el 15 de enero de 1967, aún no se llamó Super Bowl.
Aquel partido, jugado entre los Packers de Green Bay y los Chiefs de Kansas City fue oficialmente el «AFL–NFL Championship Game» («AFL–NFL Partido de Campeonato). El equipo de Lamar Hunt perdió ante Green Bay, pero él no se dio por vencido en su cruzada por el Super Bowl.
Él ya había comunicado a la prensa de Kansas City su elección de nombre, y a los reporteros deportivos les gustó. A pesar de la NFL, la prensa comenzó a usar “Super Bowl” al partido de campeonato. Finamente, Tagliabue dio su brazo a torcer, y acepto el Super Bowl.
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El Super Bowl vive
El próximo 4 de febrero, el equipo campeón de la AFC jugará contra el campeón de la NFC. El ganador del Super Bowl LII (siempre en números romanos, con la excepción del “50”), se llevará el trofeo Vince Lombardi, nombrado en honor del legendario entrenador de Green Bay.
Los ganadores se llevarán un anillo que a mi me quedaría de pulsera, cargado de oro y piedras preciosas. Después se irán a Disneyland. El nombre del equipo será grabado en el trofeo, y el lunes se hablará de las jugadas, de las polémicas, del espectáculo en el medio tiempo y de los comerciales.
Espero que este año gane mi equipo, aún virgen de victoria en el Super Bowl. Tengo esperanzas, ya que mis Philadelphia Eagles han sido los mejores en lo que va de temporada, con 10 victorias y dos derrotas.
Ya veremos, que primero hay que llegar, y no es fácil. Lo que sí es seguro, es que yo me quedaré despierto hasta las seis de la mañana viendo el “mayor espectáculo del mundo”, el Super Bowl.
Nota: He dejado los nombres de los equipos en inglés, pues son nombre propios que creo no deben traducirse. Además, (y esto va para mis paisanos aquí en España) ya que la traducción de Super Bowl sería Súper Tazón, lo dejo con el género que le pertenece, el masculino.
Muchas gracias por este espléndido artículo, Jesús. La verdad es que tenía mucho interés en saber acerca de los orígenes del (y no «de la») Super Bowl. Ya conoces mi afición al béisbol, pero reconozco mi más absoluta ignorancia sobre el Fútbol Americano (o «Fútbol», a secas). Espero y deseo que tus Philadelphia Eagles lleguen a disputar ese mágico partido en febrero.
Por cierto, también desconocía esta faceta de Joe Foss como dirigente de la AFL hasta 1966 (y su previa carrera política). Ya imaginarás que sí conocía su faceta como piloto de combate durante la Segunda Guerra Mundial, con 26 victorias confirmadas, igualando la marca que Eddie Rickenbacker lograra durante la Gran Guerra. Foss fue el 7º as norteamericano.
Efectivamente Ernst, el Joe Foss de la AFL es el mismo héroe de Guadalcanal, el primer «As» estadounidense de la SGM, que además voló con Charles Lindbergh durante la visita de este al Pacífico.
Foss fue boxeador, corredor y jugador de Football Americano en la universidad, Después de la guerra entró en política y llegó a ser el gobernador más joven. Todo un As en todo lo que hizo…
Buen finde caballero!