Recuerdo muy bien el día. Llegó la noticia de un terrible accidente en el aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife. Todos nos preocupamos en casa, pues tengo una tía que trabajaba en Iberia, precisamente en ese aeródromo.
Gracias a Dios, ese día libraba. No obstante, 583 hombres, mujeres y niños no tuvieron tanta suerte. Dos Boeing 747 “Jumbo”, uno de KLM y otro de la ya extinta Pan-Am, chocaron en la pista.
El accidente se produjo, como suele suceder, por un cúmulo de circunstancias: un ataque terrorista, el mal tiempo, un mal entendido, y el error de un experimentado piloto. Todos estos factores, sumados, dieron como resultado tantas víctimas mortales.
Todo aquellos sucedió el 27 de marzo de 1977. Cuarenta y un años después, sigue siendo el peor accidente aéreo de la historia. El aeropuerto ya no se llama Los Rodeos, sino Tenerife Norte, pero el recuerdo permanece.
Terroristas canarios
En 1964, el abogado y comunista canario Antonio Cubillo, autoexiliado en Argelia, fundó el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (sí, gilipollas hay en todos lados y en todas las épocas).
Apoyado por la dictadura argelina, Cubillo decidió dar un paso más, fundando en 1976 las Fuerzas Armadas Guanches (FAG). No eran más que un grupúsculo de fracasados y delincuentes, pero el destino quiso que tuvieran una gran influencia en la tragedia de Tenerife.
La mañana del 27 de marzo de 1977, terroristas de las FAG pusieron una pequeña bomba en una floristería de la terminal de pasajeros en el aeropuerto de Gando, en la Isla de Gran Canaria.
La bomba detonó a las 13:15 hora local, hiriendo a media docena de personas. Poco después, una llamada anunció que había una segunda bomba.
Las autoridades locales decidieron cerrar el aeropuerto, mientras buscaban el segundo artefacto. Aquellos vuelos que se dirigían a Gando fueron desviados al Aeropuerto de Los Rodeos, en la vecina isla de Tenerife.
Entre esos vuelos estaban el KLM 4805, procedente de Amsterdam, y el Pan Am 1736, desde Los Ángeles, que había hecho escala en Nueva York. Ambos vuelos operaban Beings 747 “Jumbo”.
Los Rodeos
A mediados de los años 70, el aeropuerto de Los Rodeos se utilizaba mayoritariamente para vuelos entre las islas. No era un aeródromo anticuado ni mucho menos, y su personal estaba bien capacitado, pero recibía poco tráfico.
Su pista era lo suficientemente larga para recibir grandes reactores. Simplemente, estos no llegaban a menudo. Aquella mañana del 27 de marzo, la llegada de cinco grandes aviones, incluidos dos Jumbos, dificultó la situación.
Para empezar, Los Rodeos solo tenía una pista de aterrizaje y una pista de rodaje para el movimiento de los aviones. Ambas estaban conectadas por cuatro calles. Los cinco aviones desviados, aparcaron en la calle de rodaje, con el KLM al frente.
Otro problema es la altitud del aeropuerto, a 633 metros sobre el nivel del mar, y rodeado de colinas. Además, por la misma altitud, a menudo su pista se cubría, y se cubre, de niebla. No era precisamente el favorito de los pilotos.
En cualquier caso, KLM 4805 aterrizó en Los Rodeos a las 13:38. La tripulación dio permiso para que los pasajeros bajaran a la terminal. Pan Am 1736 le siguió a las 14:15, pero sus pasajeros permanecieron en el avión.
Listos para despegar
A las 14:30, la policía dio la luz verde para reabrir el aeropuerto de Gran Canaria. Inmediatamente, la torre de control de Los Rodeos avisó a los aviones que se prepararan para partir. El vuelo de Pan Am, que no había dado permiso a sus pasajeros de desembarcar, pidió permiso para despegar.
El problema es que el 747 de Pan Am estaba bloqueado por el avión de KLM. El Capitán Jacob Veldhuyzen van Zanten, para ahorrar tiempo en Gando, había pedido llenar sus tanques. Pan Am 1736 tuvo que esperar.
Media hora después, la torre de control notificó a Pan Am que los pasajeros del KLM aún no terminaban de embarcar. Una familia holandesa de cuatro miembros no aparecía. No fue sino hasta las 16:56 que el Capitán van Zanten pidió permiso para iniciar las maniobras de despegue.
Cúmulo de circunstancias
KLM 4805 recibió la orden de “taxi” hacia el principio de la pista. Como la pista de rodaje estaba ocupada por los aviones aparcados, tendría que recorrer la pista de aterrizaje en su totalidad, y luego girar 180º para colocarse en posición.
Dos minutos después, Pan Am 1736 recibió la orden de seguir al KLM, pero con el añadido de que debía salir de la pista en la Calle 3, para dejar la pista libre al KLM. En ese momento surgió el problema de la niebla.
Durante la mañana, Los Rodeos había permanecido despejado. Sin embargo, precisamente a la hora que los aviones se disponían a marcharse, la niebla hizo su presencia. De hecho, la visibilidad fue a peor en los minutos de la maniobra antes descrita.
Klm 4805 llegó al punto de inicio e hizo su giro. Pan Am 1736 le siguió, pero sus pilotos no encontraron la calle 3 de salida. Esperaban una calle a 45º, esto es, hacia adelante y a la izquierda, sin saber que dicha salida estaba a 148º, a la izquierda y hacia atrás.
Cuando el KLM pidió el permiso para despegar, sus pilotos no sabían que el jet de Pan Am aún estaba en la pista, a poco más de un kilómetro.
El malentendido
Los operadores de la torre de control de Los Rodeos no podían ver los aviones. El pequeño aeropuerto no tenía radar de tierra, y toda la maniobra se estaba dirigiendo exclusivamente por la radio. Trabajaban a ciegas.
Apenas terminada la maniobra de giro, el Capitán van Zanten aceleró las turbinas de su reactor, que comenzó a avanzar sobre la pista. Sin embargo, el Primer Oficial, Klaas Meurs, le advirtió enseguida de que aún no habían recibido el “ATC Clearance”, la señal de que la pista estaba libre.
Van Zanten respondió – “No, lo sé. Adelante, pídela”. Meurs avisó entonces a la torre de que estaban “Listos para despegar”, y que esperaban el “ATC Clearance”. La torre respondió dando al KLM sus instrucciones para después del despegue, pero no dio el permiso para despegar.
Como en el último mensaje del controlador incluyó la palabra “despegue” (takeoff), Es posible que el Capitán van Zanten haya creído que estaban recibiendo el permiso para despegar. No obstante, su obligación era esperar a recibir una instrucción clara.
Meurs repitió las instrucciones al controlador, y terminó con la frase “We are at takeoff” (estamos listos para despegar). Al mismo tiempo, el Capitán dijo “Nos vamos”, pero no directamente a la radio. El controlador respondió, a Meurs, no a van Zanten, “Ok”.
El problema de la radio
El controlador de la torre entendió que el KLM esperaba el permiso para despegar. Para confirmarlo, añadió “stand by for take off”, “espere para despegar”.
Al mismo tiempo, por el mismo canal, y al escuchar la conversación entre la torre y el KLM, el Primer Oficial de Pan Am 1736 transmitió otro mensaje:
“¡Aún avanzamos por la pista, Clipper 1736!”. – La torre respondió- “informen cuando la pista esté libre”. El problema fue que la tripulación del KLM 4805 no escuchó esta parte de la conversación.
El sistema de radio que se utilizaba en aquel entonces, y que aún se usa en buena parte de los aeropuertos del mundo, tiene ventajas e inconvenientes. La ventaja es que todos los aviones presentes en un aeropuerto tienen acceso, y todos escuchan la misma información al mismo tiempo.
El mayor inconveniente es que, en contadas ocasiones, cuando dos partes quieren hablar al mismo tiempo, se produce una interferencia. En ese momento, se escucha un pitido llamado “heterodyne”, que no permite escuchar la conversación.
Cuando el Pan Am y la torre hablaron al mismo tiempo, se produjo un heterodyne, y en la cabina del KLM sólo se escuchó un pitido. Por ello, los pilotos holandeses no supieron, en ese momento, que el jet de Pan Am seguía en la pista.
El error del piloto
Creyendo que la pista estaba libre, van Zanten aceleró los motores y su reactor avanzó. Se preparaba una tragedia debido a un cúmulo de coincidencias. Sin embargo, el mismo van Zanten tuvo una oportunidad más para evitarlo.
En el preciso instante que comenzó a rodar sobre la pista 30, Pan Am respondió a la torre: “Ok, avisaremos cuando hayamos salio de la pista” (Ok, we will report when clear). Esa última parte del intercambio sí la escuchó el ingeniero de vuelo de KLM.
El ingeniero entonces preguntó a los pilotos: “Is he not clear, that Pan Am?” (¿No ha abandonado la pista ese Pan Am?). Van Zanten respondió – “Oh, sí”, y aceleró. Ni el ingeniero ni el Primer Oficial protestaron. La tragedia estaba servida.
El peor accidente de la historia aérea
Pasadas las 17:00, el avión de KLM aceleró. Pan Am 1736 estaba a poco más de un kilómetro, sobre la misma pista. Segundos después, el copiloto del avión estadounidense, Robert Bragg, se sorprendió al ver el otro avión entre la niebla y dijo. “¡Ahí está!”.
El Capitán Grubbs también reaccionó- “Maldición, ese hijo de puta se aproxima”. Bragg gritó- ¡”sal, sal! (de la pista). Grubbs viró bruscamente a la izquierda y aceleró los motores, pero era demasiado tarde.
Van Zanten también se dio cuenta de la situación e intentó elevarse. Lo consiguió parcialmente, pero el tren de aterrizaje trasero y las alas chocaron con la parte superior del Pan Am. La mitad superior del Pan Am quedó destruída, y hubo una explosión.
El KLM logró mantenerse en el aire un segundo antes de caer y chocar en la pista. El reactor de 300 toneladas se arrastró 300 metros, hasta que el combustible estalló en una bola de fuego. Ninguno de sus 234 pasajeros y 14 tripulantes sobrevivió.
En el jet de Pan Am, con 380 pasajeros abordo, los que sobrevivieron al impacto inicial tuvieron que lidiar con el fuego. Pero 61 personas sobrevivieron, incluyendo a los pilotos. En total, las víctimas del accidente de Los Rodeos ascendió a 583.
Confusión
Los operadores de la torre de control escucharon las explosiones, pero no estaban seguros de lo que había ocurrido. Ninguno de los aviones respondió a sus llamados. Rápidamente la alerta saltó, y los bomberos se acercaron a los restos del KLM, envuelto en llamas.
Pero en un primer instante, no se percataron de que a 450 metros de ahí, el otro avión también se incendiaba. La niebla era tan espesa que no veían nada. Sólo el ruido de los motores del Pan Am, aún activos, llamaron finalmente su atención.
¿Qué sucedió en Los Rodeos?
Como apunté inicialmente, este tipo de tragedias suele suceder tras un cúmulo de eventos y acciones, y de su confluencia. Fue eso lo que sucedió en Los Rodeos. Todo se inició con la bomba de los terroristas, que provocó el cierre de Gando.
Posteriormente, el hecho de que Los Rodeos no estuviese preparado para gestionar el tráfico añadido, y especialmente, de aviones tan grandes, es también un factor a tomar en cuenta. Lo mismo con la altitud del aeropuerto, y su propensión a ser cubierto por la niebla.
La falta de un radar en tierra es sin duda otro factor. Con dicho equipo, los controladores hubiesen sabido en todo momento dónde estaban los aviones. Hay que decir, también que el radar de tierra no era en 1977 un equipo estándar en aeropuertos regionales.
Todos estos factores fueron fundamentales en el accidente. Sin embargo, aún con este cúmulo de circunstancias, la tragedia se podía haber evitado si los pilotos, especialmente el Capitán van Zanten, hubiesen obedecido todos los procedimientos.
El experimentado Capitán
Jacob Veldhuyzen van Zanten era un piloto con 27 años de experiencia. Acumulaba 11,700 horas de vuelo, de las cuales 1,545 en el Boeing 747. Van Zanten era el jefe de instructores de KLM, y el más respetado. Era tal su ascendencia que la empresa utilizaba su efigie en la publicidad.
Una vez revisada la evidencia de las cajas de vuelo y las grabaciones de la torre de control, los investigadores se dieron cuenta de que van Zanten había iniciado la maniobra de despegue sin el permiso de los controladores.
¿Qué había sucedido para que un piloto tan experimentado cometiera un error de ese calibre?
Hay varias posibles explicaciones:
- Al ser el jefe de instructores, en los meses anteriores al accidente, van Zanten había pasado más tiempo en el simulador que en activo. De hecho, no había volado en las últimas 12 semanas.
- Según los expertos, es posible que van Zanten sufriese del “Síndrome del Simulador”, una situación en la que los pilotos se acostumbran a resetear el equipo después de cada práctica, y se vuelven menos exigentes en la cabina real.
- Las grabaciones de la cabina revelan que, durante la espera, van Zanten había mostrado su impaciencia. Una vez que llegara a Gran Canaria, tendría que recoger a 300 pasajeros antes de volver a Amsterdam. Pero había la posibilidad de que el retraso superara las horas de vuelo permitidas a cada piloto. Si eso sucedía, la tripulación se vería obligada a descansar, y KLM tendría que pagar el alojamiento a los pasajeros hasta el día siguiente.
- Por lo mismo que quería ahorrar tiempo, van Zanten llenó los tanques de su avión, provocando el bloqueo de la pista. Además, el hecho de que el avión fuese más pesado, evitó que el reactor levantara el vuelo por encima del otro avión.
Relacionado: La peor tragedia naval de la historia.
Conclusión
Al equipo de investigadores españoles, estadounidenses y holandeses les costó llegar a una misma conclusión. Los últimos creían que van Zanten no era culpable. Creían que la radio y la falta de equipo en el aeropuerto tenían más peso.
No obstante, finalmente se rindieron a la evidencia. Las prisas de van Zanten le habian llevado a ignorar todos los pasos del procedimiento de despegue.
Aún con todo lo que sucedió, el accidente se habría evitado si el Capitán van Zanten hubiese esperado a que le dieran el permiso para despegar. No lo hizo y pagó con su vida, y con la de 583 inocentes.
Un documental sobre el accidente:
Hay una errata:
El reactor de 300 mil toneladas. Serán 300.000 kilos, 300 toneladas. 300 mil toneladas entra en la categoría de superpetroleros.
Muchas gracias Javier, error mío, que ya he corregido… qué haría sin vosotros… 😛
Un saludo cordial!
Hola Jesús.
Hace tiempo vi un documental en el que se explican todas las fatalidades que concurrieron en esta tragedia. Está en varias partes en Youtube. En ese documental se simula el accidente por ordenador con gran realismo (esa recreación se corresponde con la primera foto de tu artículo).
En ese documental se argumenta que los pilotos de Pan Am quisieron salir de la pista principal por la calle 4 y no por la 3 porque esta última, como bien expones, requería dar una vuelta de 147º, y en la 4 sólo hacía falta girar 45 º. Sin embargo, según esa fuente sí dieron con la calle 3, aunque prefirieron avanzar a la 4 que exigía una maniobra más fácil para abandonar la pista principal, con la tranquilidad de que el KLM no comenzaría el «runway». No fue así.
Sea como fuere, lo cierto y verdad es que van Zanten despegó sin permiso expreso de la torre de control, y en el mismo documental se recoge que la última orden que recibió fue «subir y mantener», lo que equivale a aumentar las revoluciones de los motores en espera de la orden, por separado, para el despegue. Al igual que haces tú, también se hace expresa referencia al exceso de horas de vuelo, que habría ocasionado gastos de pernocta de pasajeros a KLM, pero está claro que fue infinitamente mayor lo que finalmente supuso la pérdida irreparable de 583 vidas.
Tengo un amigo que nació y se crió en La Laguna, la localidad en la que se halla el aeropuerto de Los Rodeos. Él era muy pequeño cuando sucedió este terrible accidente en 1977, pero conoció a varias personas que participaron en las tareas de rescate y extinción de los incendios. Sus testimonios son espeluznantes. El olor, sobre todo el olor…….a carne quemada.
Un fuerte abrazo.
Hola Ernst,
es posible que haya visto ese documental, pues me he visto varios. En realidad casi todos dicen lo mismo, que coincidieron varios factores, pero que el más perjudicial fue que van Zanten no esperó a recibir el «Clearance». ¿Qué le llevó a ello? Nunca lo sabremos, pero las diversas teorías, sobre sus prisas, sobre el posible «síndrome del simulador», son, en mi opinión, muy esclarecedoras.
Lo mejor de todo,es que sigue siendo el peor accidente de la historia, ya que, considerando el enorme aumento del tráfico aéreo mundial, no ha vuelto a suceder un evento de estas proporciones. Esperemos siga así.
Muchas gracias por tu aportación. Un abrazo dominguero!