William Wallace no era el verdadero Braveheart.

Mel Gibson nos sorprendió hace un par de décadas con la película “Braveheart”. En ella nos cuenta la épica historia de William Wallace, uno de los héroes de la independencia escocesa. Realmente, “Braveheart” es sólo la versión hollywoodense de William Wallace.  

Como bien sabes, la película está basada en una historia de la vida real. Asimismo, como suele suceder, hay mucho en ella exagerado, dramatizado, y hay detalles que simplemente no son ciertos.  

Uno muy importante, para empezar, que William Wallace no era conocido como Braveheart. Ese apodo se utilizó para Robert the Bruce, que aparece en la película. Bruce fue apodado así a título póstumo. Al guionista de “Braveheart”, le gustó el título, y se lo apropió para su héroe.  

En cualquier caso, y para despejar dudas, hoy hablamos del verdadero William Wallace. No hay mucho que sepamos a ciencia cierta de él, pero iré aclarando lo que es leyenda y lo que es conocido.

William Wallace no era Braveheart

William Wallace no era Braveheart.

El joven William Wallace

No estamos seguros de dónde exactamente nació William Wallace. Tradicionalmente, y sólo gracias a un poema escrito en el siglo XV, se considera que la aldea de Elderslie, en el condado de Renfrewshire como su lugar de nacimiento.  

El problema es que, en una carta escrita por Wallace en la edad adulta, su sello indica que su familia era de Ayrshire. Ambos condados están en el sureste de Escocia, y no se conoce ningún otro documento que pueda confirmar ninguno de ellos.

Lo mismos sucede con su fecha de nacimiento. Por las fechas de los eventos en que participó, se cree que William Wallace nació en o alrededor de 1270. Pero hasta ahí llega la evidencia, si los cálculos se pueden considerar como tales.

A pesar de que Wallace pertenecía a una familia noble menor, en aquellos días no se acostumbraba registrar los nacimientos como lo hacemos ahora. Además, nadie sabía que aquel niño se convertiría en uno de los héroes de su nación.

El niño William Wallace, en Braveheart

El niño William Wallace, en Braveheart.

Todo esto queda más o menos bien reflejado en Braveheart, donde no se especifica lugar ni fecha. Sin embargo, en la escena inicial, se indica que el tío de William se lo lleva a Roma. No hay evidencia de ello.

En Braveheart también repiten varias veces que Wallace es un “commoner”, esto es, un plebeyo. En realidad, Wallace pertenecía a una familia noble, de poco abolengo, sí, pero noble al fin.

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La crisis

La infancia de William transcurrió con tranquilidad. Su país era un reino independiente, gobernado por el rey Alexander III, hasta que este murió en 1286. Su heredera, su nieta Edward I de InglaterraMargaret, era aún una niña, y vivía en Noruega.

Cuando Margarete viajaba a Escocia, cayó enferma en el barco, y murió poco después de desembarcar. A partir de ese momento se desató una crisis entre los diversos clanes, todos los cuales querían coronar a su propio candidato.

Los escoceses pidieron entonces al rey Edward I de Inglaterra (imagen derecha)  que sirviera como árbitro. Edward aceptó, pero puso como condición que lo nombraran Señor Supremo de Escocia. Poco después, en 1292, su decisión fue coronar a John Balliol.

Las intenciones de Edward eran más perversas. Sabiendo que John era un rey débil, en marzo de 1296 envió a sus tropas a saquear Escocia. En abril, Edward forzó a Balliol a abdicar, y a quedarse él con el título de Rey de Escocia.

La rebelión

Como era de esperar, muchos nobles escoceses no pensaban quedarse con los brazos cruzados. Los líderes tenían miedo a los ejércitos de Edward, pero algunos señores de menor rango decidieron actuar. Uno de ellos sería William Wallace.

Nadie sabe la razón o el momento exacto en el que Wallace tomó dicha decisión. Muy probablemente por simple patriotismo. Según Blind Harry, el poeta que tres siglos después contó su historia, habría sido en venganza por el asesinato de su esposa.

Imagen medieval de William Wallace

Imagen medieval de William Wallace.

En Braveheart muestran la escena en la que Marion es degollada por uno de los señores ingleses, William Heselrig. La escena en la que Wallace ataca el fuerte y asesina a Heselrig es verídica, pero no hay pruebas de que Marion hubiese existido.

El caso es que dicha acción fue la primera de muchas en las que Wallace y un grupo de guerreros atacaron fortalezas inglesas. Cuando Edward I se enteró de la rebelión, envió a uno de sus poderosos ejércitos para aplastarla.

Los hombres de Edward llegaron a Escocia a principios de septiembre de 1297. Bajo el mando de John de Warenne, 6º Conde de Surrey, el ejército inglés se dirigía a rescatar la ciudad de Dundee, asediada por Wallace y su principal aliado, Andrew Moray.

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Stirling Bridge

Para entrar al norte de Escocia, los ingleses debían cruzar el Río Forth, con sólo un puente a las afueras de Stirling. Los escoceses lo sabían, y eligieron Stirling como escenario de la batalla.

El día 11, 9,000 ingleses, 2,000 caballeros y 7,000 soldados de infantería, debían cruzar el puente para enfrentarse a 6,000 escoceses. Las reglas de la guerra de la época dictaban que un ejército debía esperar a que el otro estuviera en su sitio antes de atacar.

Batalla de Stirling Bridge

Batalla de Stirling Bridge.

Poco a poco los montados ingleses comenzaron a cruzar el puente, de dos en dos, porque no cabían más. Aproximadamente la mitad lo había hecho, cuando los escoceses atacaron por sorpresa. Los lanceros sorprendieron a los jinetes, y los masacraron.

El comandante inglés, al verse en peligro, destruyó el puente, matando a muchos de sus hombres en el proceso,y se retiró, a pesar de seguir teniendo la superioridad numérica.

Stirling Bridge fue una gran victoria para William Wallace. En la batalla, no obstante, su principal aliado, Andrew Moray, fue herido, y falleció unos días después. Wallace quedó como el gran héroe. Al volver a casa, fue hecho caballero y Guardián de Escocia por Robert the Bruce.

Contraataque inglés

Mientras sus tropas eran derrotadas en Stirling Bridge, el rey Edward estaba luchando en Francia. Al enterarse, decidió volver a Inglaterra y encargarse del problema escocés él mismo. Para ello reclutó una fuerza de más de 25,000 hombres.

William Wallace no perdió el tiempo. Durante los meses que sucedieron a la batalla de Stirling Bridge se dedicó a atacar y saquear otras posiciones inglesas. Mientras tanto, su leyenda crecía.

En abril de 1298 el ejército inglés volvió a entrar en Escocia. Su superioridad era tal que Wallace prefirió no enfrentarlo. En su lugar, los escoceses adoptaron una estrategia de “tierra quemada”, para evitar que el enemigo pudiese abastecerse de los campos.

Edward sí tuvo problemas para alimentar y pagar a su tropa. Pasaron más de dos meses desde la invasión y no había señal de Wallace. El peligro de motín era real, considerando que la mayoría de soldados al mando de Edward eran galeses e irlandeses, y no ingleses.

De hecho, a principios de julio, una grupo de galeses borrachos se había amotinado. La caballería inglesa tuvo que aplicarse, matando a 80 soldados. Edward tuvo que retirarse hacia las afueras de Edimburgo.

Falkirk

Por fin, a mediados de julio, exploradores ingleses informaron a Edward que Wallace y su ejército rebelde estaba acampado a sólo 20 kilómetros de Edimburgo, en un bosque cercano a la aldea de Falkirk.

Nadie sabe por qué Wallace decidió presentar batalla aquel día. Si hubiese seguido con su estrategia de no atacar de frente, muy posiblemente Edward se hubiese tenido que retirar a falta de dinero y suministros.

Pero la historia se construye a base de decisiones, y aquel 22 de julio, William Wallace formó a sus hombres frente a los ingleses. Aproximadamente 6,000 de los suyos, contra 15,000 del enemigo.

William Wallace en Falkirk

La táctica de Wallace fue situar a sus hombres en cuatro formaciones circulares, en una colina. La idea era repeler los ataques ingleses uno a uno, aprovechando la pendiente. La caballería, con unos 1,000 efectivos, permaneció en la retaguardia, lista para el contraataque.

Tan pronto como divisaron al enemigo, los ingleses atacaron con la caballería. Las grandes estacas que Wallace había preparado y que rodeaban los círculos causaron muchas bajas a los caballeros, y Edward decidió retirarlos.

Entonces el rey inglés utilizó su arma secreta, el arco largo inglés. Común ya entre los cazadores galeses e ingleses, el arco largo, de 1.8 metros, era capaz de lanzar flechas mayores, más rápido, y a una mayor distancia, causando mayores daños.

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¿Traición?

Con la nueva arma, los arqueros ingleses podían disparar sin que el enemigo pudiese alcanzarlos. La infantería rebelde fue diezmada poco a poco por el arco largo. Cuando Edward creyó que la fuerza de los círculos se debilitaba, envió a la caballería nuevamente.

En este momento surge una de las controversias de la batalla. En la película Braveheart, se ve cómo los nobles escoceses, que comandaban la caballería, abandonan el campo de batalla, supuestamente traicionando a Wallace.

De hecho, en Braveheart se ve a Robert the Bruce al lado del rey Edward. Este último extremo es falso. Es verdad que los Bruce y otros nobles habían estado negociando la paz con Edward, pero nunca formaron filas con el enemigo.

Monumento a Robert the Bruce

Monumento a Robert the Bruce.

Lo que sucedió fue que, los caballeros escoceses, se dieron cuenta de que tenían la batalla perdida. El arco largo había causado demasiadas bajas en la infantería, y lanzar a la caballería sería un suicidio inútil.

Si abandonaron falkirk en medio de la batalla no fue tanto porque quisieran traicionar a William Wallace, sino porque pensaron que era mejor guardar la caballería para otra batalla en el futuro. Ahora bien, no podemos estar seguros al 100% de sus razones.

La caída de William Wallace

El héroe escocés escapó con vida de Falkirk, aunque su reputación se vio muy dañada. Al perder sus apoyos y muchos de sus hombres, Wallace renunció a su cargo de Guardián de Escocia.

A partir de ahí se pierde un poco la pista de William Wallace. Hay ciertas pruebas circunstanciales de que dedicó un tiempo a buscar aliados. Por ejemplo, en una reunión a la que asistió un espía inglés los nobles escoceses dicen que está en Francia.

Hay otra carta en la que el rey Philippe IV de Francia pide a sus embajadores en Roma que ayuden a Wallace en lo que haga falta. Por otra parte, no hay evidencia fehaciente de estos viajes.

En 1304, Wallace vuelve a aparecer en Escocia. No obstante, ya no es una preocupación para los ingleses, sino poco más que una molestia.

El falso romance

Es en este periodo en el que Braveheart se convierte en una novela de ficción. La película muestra cómo supuestamente William Wallace, que ya sabemos no era Braveheart, se reúne con la nuera del rey Edward, Isabel de Francia,

También podemos ver cómo ambos mantienen una relación de la que, supuestamente, Isabel quedará embarazada. Eso es lo que ella confiesa a Edward en su lecho de muerte. Pues bien, toda esta historia es falsa.

Isabel, hija de Philippe IV de Francia, no llegó a Inglaterra hasta 1307, dos años después de la muerte de Wallace. Además, en esa fecha tenía doce años. Difícilmente podría haber tenido algo que ver en el asunto, siendo una niña aún en Francia.

El falso romance de William Wallace

Braveheart también muestra a Edward en la boda de su hijo, el débil pero futuro rey Edward II, con Isabel. Pero esta boda no tuvo lugar hasta un año después de la muerte del padre, en 1308.

Lo que sí es cierto, es que Edward II prestó muy poca atención a su esposa, y prefería la compañía de hombres. Sería ella la que en realidad llevaría las riendas de Inglaterra hasta que su hijo, Edward II, subió al trono.

Volviendo a William Wallace…

Desde que en 1298 fuese derrotado en Falkirk, Wallace no paraba de moverse, y se rodeaba de un muy reducido pero fiel círculo de seguidores. Pero aunque ya no era un amenaza para Inglaterra, Edward I aún quería la cabeza de Wallace.

El rey inglés aprovechó nuevamente las divisiones internas de los nobles escoceses. Había muchos entre ellos que pensaban que Wallace era una amenaza para la paz y la estabilidad con Inglaterra, y para sus propios intereses.

Edward sobornó a un grupo de nobles para que capturaran a Wallace. Fue John de Menteith  quien aceptó el encargo, y traicionó a Wallace el 5 de agosto de 1305. Emboscado, enseguida fue entregado a los ingleses, y trasladado a Londres.

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Juicio y Martirio

El juicio a William Wallace se celebró el 21 de agosto y duró sólo unas horas. Se le acusó de traición y de atrocidades contra civiles en el curso de la guerra. Algo así como crímenes contra la humanidad.

Wallace sólo respondió al cargo de traición, que no procedía, pues según él nunca había jurado lealtad a ningún rey. Sin una promesa previa, no puede haber traición. Daba igual, el veredicto estaba decidido mucho antes del juicio.

El 23 de agosto de 1305, William fue llevado a la Torre de Londres. Ahí fue desnudado y atado atado a un caballo, que arrastró su cuerpo por las calles de Londres. Más tarde, fue colgado con una técnica especial para que no muriera.

Martirio de William Wallace

Descolgado, fue desollado en vida, mientras el verdugo le mostraba sus propios órganos conforme iban saliendo. Una vez muerto, el cadáver de Wallace fue desmembrado. Su cabeza fue expuesta en la Torre de Londres, y sus miembros repartidos a las cuatro esquinas de Gran Bretaña.  

La escena final de la película es algo diferente, menos violenta, pero igualmente impactante. A Hollywood le gusta la violencia, pero no tanto.

Wallace murió por defender la libertad de Escocia, que irónicamente Robert the Bruce consiguió dos décadas después. Ambos son los grandes héroes de Escocia, pero es el segundo, y no Wallace, quien era el verdadero Braveheart.