Charles Atlas: la fuerza como negocio.

Yo fui uno de esos flacuchos que pidió información sobre el programa del fisicoculturista Charles Atlas. Si no compré el curso fue porque mis padres no estaban locos para darme el dinero, y porque no tenía más de diez años. Me quedé con las ganas.

Curiosamente, en aquel entonces Charles Atlas ya había muerto. No obstante, durante décadas, Atlas había sido y seguía siendo la figura más conocida del fisicoculturismo, hasta que Joe Weider y Arnold Schwarzenegger tomaron su lugar.

Charles Atlas no fue, ni de lejos, el primer fisicoculturista. Tampoco fue el primero en vender un curso para desarrollar la musculatura. Lo que sí logró Atlas fue combinar un método con una intensa y moderna campaña de marketing.  

Con su programa y sus historietas, Charles Atlas convirtió un deporte minoritario, en la esperanza de millones de debiluchos acosados por los bullies. Atlas elevó la fuerza a la categoría de negocio.  

Comic Charles Atlas

El sueño americano de un flacucho

Nacido en Italia con el nombre de Angelo Siciliano, nuestro amigo emigró a Estados Unidos a los once años, en 1903. Los Siciliano se establecieron en Brooklyn, aunque el padre no se adaptó y volvió a Italia ese mismo año.

Angelo no sabía inglés, pero no tardó en buscarse la vida, y encontró empleo en un taller de curtidores. Conforme la familia Siciliano se fue adaptando económicamente, Angelo comenzó a vivir su sueño americano.

Una de sus actividades favoritas era acudir al parque de atracciones de Coney Island, en Brooklyn. Era el centro de entretenimiento para las familias y jóvenes de Nueva York, especialmente en verano.

Entre las muchas atracciones estaba una muy común ya en los circos del mundo: el hombre fuerte. A Angelo pronto le entraron las ganas de imitarlos, y se puso a ello. Observó sus entrenamientos y les inquirió sobre sus costumbres de alimentación.

De Angelo el flacucho a Charles Atlas

Por la misma época, tuvo lugar una anécdota que ya es de leyenda, aunque no estamos seguros de que haya ocurrido. Cuando Angelo era un adolescente flacucho de 45 kg., un día fue a la playa con una amiga. Estando tumbados en la arena, se les acercó un hombre muy fuerte.Angelo Siciliano, alias Charles Atlas

Supuestamente, este echó arena en la cara de Angelo, que reaccionó enfadado, pero no se atrevió a meterse con el bully. Era mayor y estaba muy fuerte. En ese momento, Angelo decidió que nunca más se reirían de él por su debilidad.

Angelo buscó toda oportunidad para aprender cómo desarrollar su musculatura. En una visita a un museo, Angelo observó una estatua de Hércules, y le preguntó al maestro cómo un hombre podía llegar a ser tan fuerte. La respuesta fue simple y directa: levantando pesas.

El problema es que Angelo no tenía dinero para ir al gimnasio, ni para comprar su propio equipamiento. Pero no se rindió, Se fabricó sus propias pesas con objetos desechados, y por la ventana de los gimnasios observó las rutinas de los fisicoculturistas.

Logró su objetivo, y Angelo pronto se puso com un toro.

Charles Atlas el modelo

La figura de Angelo Siciliano pronto causó sensación. Su principal activo era un impresionante físico, pero a ello añadía una personalidad afable, y una alta autoestima. La única pega es que Angelo Siciliano no era un nombre muy comercial, y antes de cumplir los 20 años ya se hacía llamar “Charlie”.

Precisamente en la playa de Coney Island, estando un día con un grupo de amigos, uno de ellos sugirió que Charlie se parecía mucho al modelo de una estatua de el Atlas griego que anunciabaEl Despertae de la Gloria un hotel de la playa.

A Charles Siciliano le gustó el nombre, y decidió pasar a llamarse Charles Atlas. En 1922 incluso cambió su nombre legalmente. Con nuevo nombre y nueva figura, a Charles Atlas no tardaron en llegarle ofertas de empleo.

Charles fue solicitado, especialmente, como modelo. Fotógrafos, escultores y pintores le contrataban para posar. Algunos de los trabajos resultantes aún existen, como “El Despertar de la Gloria”, de Pietro Montana, expuesto en un parque de Brooklyn.

Pero el dinero que Charles obtenía comp modelo no era suficiente para la vida que él quería darse. Bueno, a él y a su familia, porque se había casado con Margaret Casano en 1918, y tres años después ya tenían dos hijos.

Charles Atlas el hombre de negocios

En 1922, Bernard McFadden, a la sazón editor de la revista Physical Culture, organizó un concurso en el Madison Square Garden para premiar al “hombre mejor desarrollado de América”. Charles Atlas ganó el concurso.

Entonces McFadden le presentó a Atlas al Dr. Frederick Tilney, un médico británico que editaba trabajos para la revista del primero. Atlas, que ya tenía la idea en mente, sugirió a Tilney que le editara un programa de entrenamiento que estaba escribiendo.

Charles Atlas

Ese mismo año los dos formaron una sociedad, y comenzaron a vender el curso de Atlas, denominado “Dynamic Tension” (Tensión Dinámica), y que incluía 12 lecciones principales y una de bonus. El término “Dynamic Tension” fue patentado por Atlas.

El sistema prometí ganar musculatura sin utilizar pesas. Esto permitía al usuario poder entrenar a cualquier hora y en cualquier lugar. De paso, con la “Tensión Dinámica” era casi imposible lesionarse.

Supuestamente, la masa muscular se ganaba presionando, por ejemplo, un brazo contra el otro. Así, uno desarrollaba tensión al apretar, y el otro al ejercer resistencia. Todo el secreto se basaba en tensar las músculos para haceros crecer.

Programa de Charles Atlas

Sin detenernos a analizar los posibles beneficios de la Tensión Dinámica, lo único que podemos asegurar es que el curso de Charles Atlas tuvo un éxito inmediato. Se vendía por correo, a 30 dólares cada uno. El primer año se vendieron 30,000 copias.

Atletas famosos como Joe Louis, Rocky Marciano y Robert Ripley estaban entre los clientes. Años después, Joe Weider, Arnold Schwarzenegger y Joe DiMaggio también comprarían el programa de Atlas,

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Un nuevo hombre

Las cosas le fueron muy bien a Atlas en los años 20. Su curso se vendía, y se había convertido en una celebridad. Con el dinero ganado abrió un gimnasio, al tiempo que su familia crecía. Desafortunadamente, el Crash del 29 provocó una bajada en las ventas.

Ese mismo año, Atlas decidió que era hora de revisar y mejorar el curso, y su comercialización. Para ello invitó a Charles Roman a formar parte de la sociedad. Roman era un experto en marketing, y le gustó el desafío.

Roman se puso rápidamente manos a la obra y mostró a Atlas su idea. Se trataba de utilizar eslóganes y tiras de cómic, en especial una referente a la anécdota de la playa, aquella en la que el joven Angelo Siciliano era humillado frente a su novia.

charlesatlas 2

“El flacucho de los 44 kilos” se convertiría en una de las campañas de mercadotecnia más eficaces y famosas de la historia. Junto con este comic y otras historietas, los eslóganes se sucedieron (todos patentados):

¡En siete días puedo hacer de ti un hombre nuevo!

¡Oye flaco, se te ven las costillas!

¡Tú también puedes tener un cuerpo como el mío!

El método de Charles Atlas prometía conseguir resultados en siete días. La publicidad aparecía en todo tipo de publicaciones (yo la vi en un comic). En aquellos años, era una técnica novedosa, y funcionó.

Charles Atlas, vendía personalidad, atracción, sexo. A quién no le atrae la idea de ser un imán para las mujeres. Por si fuera poco, la fuerza física añadía energía, y una imagen que comandaba respeto.

Pero más que nada, Charles Atlas vendía esperanza, la esperanza de poder mejorar, la esperanza de lograr un objetivo. Muchos de sus clientes, dirían en el futuro que, más que un cuerpo musculoso, lo que aprendieron de Atlas era que podían ser capaces de alcanzar cualquier meta.

El hombre fuerte más famoso

Durante décadas, Charles Atlas fue el hombre fuerte más famoso del mundo. Su programa de ejercicios, traducido a siete idiomas, había vendido más de un millón de copias a finales de los años 60.

La parte del negocio había quedado en manos de Roman, mientras que Atlas continuaba haciendo presentaciones y difundiendo las virtudes de su método. Claro está, siempre con el torso al descubierto.

Atlas fue uno de los pioneros en promover la vida sana desde un punto de vista holístico. No se trataba sólo de hacer ejercicio, sino de comer bien, de dormir bien. Atlas no bebía, ni salía mucho de noche. Predicaba con el ejemplo.

Como decía al principio, yo fui uno de esos flacuchos que vio en Atlas la posibilidad de vengarse de su hermano mayor. No llegué a comprar el curso, ni lo he seguido de adulto, pero nunca se me olvidó su imagen de hombre fuerte.

Charles Atlas murió en 1972, poco antes de cumplir los 80 años. Muchos de los hombres fuertes del presente se acuerdan de él. Todos respetan su figura de buen hombre y gran deportista que tanto hizo por el fisicoculturismo.

Ahora que me gusta ir al gimnasio, me acuerdo mucho de Charles Atlas. La verdad es que no creo en la Tensión Dinámica, pero sí en la figura inspiradora del que fuera “El hombre más desarrollado de América”. Un hombre fuerte, y un personaje histórico.

Para recordarlo, me voy al gimnasio…