La Primavera de Praga: comunistas contra comunistas.

La Primavera de Praga fue un periodo de modernización y reformas iniciado por el gobierno comunista de Checoslovaquia. La Primavera de Praga terminó en el verano, con la invasión del país por la Unión Soviética y sus aliados.

Un grupo de jóvenes comunistas checos, intentó modernizar el socialismo; un grupo de viejos comunistas rusos se lo impidió. Los checos querían un  socialismo más amable; los rusos dejaron claro que el socialismo no tenía una cara amable.

La Primavera de Praga fue un sueño interrumpido por la realidad opresora del comunismo. Checoslovaquia había perdido su libertad en 1938, cuando los nazis la invadieron. En 1945, los soviéticos sustituyeron a los nazis, que se quedaron hasta 1989.

No obstante, la Primavera de Praga fue el símbolo de una era. Fue una lucha cuyo espíritu permaneció en el corazón de este país hasta que recuperó su libertad tras el colapso soviético.

No sólo en Checoslovaquia. La Primavera de Praga sirvió como ejemplo a todos los inconformistas del mundo, a todos sus luchadores por la libertad. Aquella juventud rebelde nacida de la Segunda Guerra Mundial, vio en Praga su paso a al edad adulta.

Primavera de Praga

De una invasión a otra

Siempre se ha dicho, Checoslovaquia nació como un país artificial. Es verdad, pero es que todos los países son artificiales, creaciones arbitrarias del ser humano. Dicho esto, no quiere decir que los países sean, per sé, algo negativo.

Este pequeño país del centro de Europa, se formó con algunos restos del Imperio Austro-Húngaro tras su derrota en la Primera Guerra Mundial. Checos y eslovacos, formaron una federación, que pronto se estableció como la única democracia en la zona.

Checoslovaquia

En 1938, Hitler amenazó con la guerra si no le entregaban parte de Checoslovaquia, la llamada “Sudetenland”. Eran zonas de Checoslovaquia en las que vivían “Alemanes étnicos”. Las potencias europeas cedieron al chantaje, y cedieron ante el líder nazi.

Pocos meses después, en marzo de 1939, tropas alemanas ocuparon el resto del país. Checoslovaquia dejó de existir como país independiente, y pasó a formar parte de los territorios conquistados por el Tercer Reich.

Al final de la guerra, tropas soviéticas ocuparon el lugar de la Wehrmacht. Checoslovaquia no fue liberada, simplemente pasó de ser una colonia nacionalsocialista a ser una colonia comunista.

Golpe de estado

En 1945, el antiguo Presidente Edvard Benes volvió a Praga desde su exilio inglés. Era tal su prestigio, que no tuvo problemas para retomar el poder. O eso parecía. En 1946, en las primeras elecciones de la posguerra, el Partido Comunista Checo fue el más votado.

El KSC, con el 38% de los votos, ganó las elecciones, pero ni de lejos tenía una mayoría, por lo que Benes consiguió que formara un gobierno de coalición. Sólo siete de los 12 ministros eran comunistas. Eso sí, todos ellos en puesto claves, como Interior, Informaciçon y Finanzas.

A través de estos puestos, los comunistas no tardaron en purgar a los no-comunistas de cualquier posición de poder. Los sindicatos y la policía pronto se convirtieron en sucursales del Partido Comunista.

El Presidente Edvard Benes.

El Presidente Edvard Benes.

En 1948, Checoslovaquia fue invitada a formar parte del Plan Marshall, y su Primer Ministro, el comunista Klement Gottwald, aceptó acudir a una reunión informativa. Sus jefes en Moscú pronto le obligaron a dar un paso atrás.

Al mismo tiempo, los ministros comunistas en el gobierno intensificaron su labor para hacerse con todo el poder. Sus colegas no comunistas protestaron ante el Presidente Benes, pero este, no los defendió, y aceptó sus renuncias.

Un nuevo gobierno fue formado por Gottwald con ministros comunistas, todos serviles a Moscú. Checoslovaquia no volvería a tener elecciones libres hasta 1990.  

Reformando a los reformistas

De todos los satélites soviéticos en Europa del este, Checoslovaquia siempre fue el menos comunista. Sí, muchos habían votado comunista después de la guerra, en parte como agradecimiento a la “liberación” de los nazis.

Pero Checoslovaquia era también el país de la zona con un mayor nivel educativo, y el más desarrollado industrialmente. El sistema comunista implementado en los países vecinos, más retrasados, había sido mejor recibidos.

La Checoslovaquia comunista vivía peor que la Checoslovaquia pre-guerra. La gente se daba cuenta, pidió cambios. Poco a poco, su clase intelectual también se dio cuenta de los defectos del comunismo, y se manifestó para que se corrigieran.

Alexander Dubcek

Alexander Dubcek.

Aprovechando una crisis económica a  principios de los años 60, los checoslovacos pidieron reformas. El entonces Primer Ministro, Antonin Novotny, prometió las reformas, pero pasaron los años y estas tardaron en aparecer.

Para 1967, el descontento era tal que, el propio Premier de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev, se dio cuenta de que Novotny tenía que marcharse. En su lugar, Brezhnev nombró a Alexander Dubcek.

Dubcek era un comunista convencido. Sus padres habían emigrado a la URSS cuando él era un niño, y había vivido ahí más de 15 años. Dubcek era fiel a Moscú, al menos en apariencia.

La Primavera de Praga

Dubcek era uno de esos que creía que el comunismo podía funcionar sin el totalitarismo soviético. Creía que, ya con Stalin muerto, el verdadero comunismo volvería a nacer en Checoslovaquia.

El 5 de abril, el periódico oficial del estado publicó un nuevo programa de reformas. Redactado y promovido por Dubcek, el programa no decía nada de desmantelar el socialismo, sino sólo reformarlo.

Entre otras reformas, el nuevo programa permitiría a los checos viajar al extranjero. La censura quedaba proscrita en el nuevo orden, y se permitía también la libertad de expresión y de reunión, ambas prohibidas a lo largo y ancho del bloque soviético.

Había propuestas de reformas económicas, como permitir cierto nivel de propiedad privada, y de emprendimiento. Dubcek, un socialista convencido, quería darle al socialismo “una cara más humana”.

A ese periodo de reformas entre marzo y junio de 1968, se le conoce como la Primavera de Praga.

Las reformas fueron aprobadas por el Partido Comunista Checo. No obstante, en Moscú, algunos líderes comenzaban a ponerse nerviosos. El Premier de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev, llamó a Dubcek a consultas.

Ingenuos

Dubcek y sus ministros intentaron explicar a Brezhnev que sus reformas no amenazaban al socialismo. Todo lo contrario, pensaban. Un socialismo que funcionase mejor atraería a más adeptos. También pensaron que el Politburó permitiría las reformas. Ingenuos.

El problema era que algunas reformas ya habían avanzado demasiado, y el pueblo las apoyaba. Retirarlas sería un error que podría soliviantar a la población. Lo sabían los soviéticos y lo sabía el gobierno en Praga.

No obstante, la primera reacción de Moscú fue más bien sosegada. Brezhnev intentó negociar con Dubcek una vuelta al estatus anterior, con mayor control de la prensa y menos libertades para los ciudadanos. Cualquier mención de democratización debía ser eliminada.

Leonid Brezhnev y Dubcek

Leonid Brezhnev y Dubcek.

Dubcek prometió a Brezhnev que no tenía ninguna intención de abandonar el socialismo. Él y su gobierno se reafirmaron en su fidelidad al marxismo-leninismo. Sólo querían que funcionara mejor.

Tanto Brezhnev como Dubcek ènsaron que sus argumentos habían sido claros, y que la otra parte los había aceptado. Ambos se equivocaron.

La invasión

En junio de 1968, tropas soviéticas y del resto del Pacto de Varsovia habían participado en ejercicios militares en Checoslovaquia. Brezhnev ordenó que se retiraran ante las promesas de Dubcek de mantenerse fiel al socialismo. Pero la tropas no viajaron mucho, y se quedaron en las fronteras.

Al ver que Dubcek no daba un paso atrás en sus intentos de liberalización, el Politburó soviético comenzó a barajar una invasión armada. El debate no duró mucho tiempo, y en la noche del 20 a 21 de agosto, tropas soviéticas invadieron Checoslovaquia.  

Primavera de Praga tropas

La primera noche, 200,000 hombres y 2,000 tanques entraron en el país. La mayoría eran sovieticos, pero también había destacamento se Polonia, Hungría y Bulgaria. El aeropuerto de Praga fue rápidamente rodeado, al igual que las barracas del Ejército Checo.

A mediodía del 21 el país estaba completamente ocupado, y el gobierno encerrado. Dubcek y sus ministros finalmente se rindieron , y fueron inmediatamente enviados a la Unión Soviética. Antes, Dubcek había pedido a sus compatriotas que no resistieran la invasión.

Ansias de libertad

Pero el pueblo checo desoyó a su líder. Miles de personas salieron a las calles desde la primera noche, desafiando los numerosos toques de queda. En todas las ciudades hubo protestas pacíficas en contra de la invasión.

Protestas en la Primavera de Praga

Los checoslovacos demostraron un gran sentido de la improvisación, y hasta el humor, para luchar contra un enemigo mucho más poderoso. Por ejemplo, en los primeros días, surgieron varias estaciones de radio clandestinas, en las que se daba voz a los disidentes.

Los ciudadanos se aprovecharon de la juventud y falta de preparación de los soldados. Si estos preguntaban cómo ir a un  lugar, los enviaban en la dirección contraria. Los vecinos de muchos pueblos cambiaron los nombres de sus pueblos en las señales de tráfico, confundiendo a los invasores.

A pesar de su poderío armamentístico, las tropas soviéticas tuvieron muchos problemas para controlar el país. Varias decenas de ciudadanos murieron durante los meses de la intervención soviética, pero en realidad poca violencia.

Algunas muertes destacaron. El 16 de enero de 1969, el estudiante de historia Jan Palach, de 21 años, se inmoló en la Plaza de San Wenceslao, en Praga. En las semanas siguientes 25 jóvenes más lo imitaron, muriendo siete de ellos.

Vuelta atrás

Aunque con poca energía, muchos países protestaron la invasión, algunos de ellos comunistas. Nicolae Ceausescu, líder comunista de Rumanía, organizó una gran demostración en Bucarest para protestar ante la intervención soviética.

Albania se retiró del Pacto de Varsovia, también en protesta, y los partidos comunistas de varias naciones occidentales denunciaron la invasión. En las Naciones Unidas hubo un intento de aprobar una resolución que obligara a la URSS a retirarse. No tuvo éxito.

No obstante, la intervención militar tampoco estaba funcionando. Dubcek había sido detenido y un nuevo gobierno pro-Moscú instalado en su lugar. Pero el pueblo no estaba dispuesto a abandonar sus ansias de libertad.

Cartoon primavera de Praga

El liderazgo soviético buscó entonces una salida aceptable para ambos bandos. A sugerencia del Presidente de Checoslovaquia, Ludvik Svoboda, Brezhnev liberó a Dubcek, para que formara parte de las negociaciones.

Las condiciones eran claras: abandonar cualquier intento de reforma, revocar las reformas ya aprobadas, y reafirmar la fidelidad de Checoslovaquia al marxismo-leninismo y al Pacto de Varsovia. Dubcek y Svoboda aceptaron. La Primavera de Praga fue desmantelada.

Consecuencias

Aparte del legado histórico, las únicas consecuencias tangibles de la Primavera de Praga fueron sus cifras: 72 checoslovacos muertos y 702 heridos. A ellos se les unieron los aproximadamente 300,000 que emigraron durante y después del periodo.

Dubcek fue finalmente destituido en abril de 1989 como Secretario general del Partido Comunista Checo. Su sustituto, Gustav Husak, revocó todas las reformas, reinstituyó la censura y reafirmó el acercamiento de Checoslovaquia al Pacto de Varsovia.

Curiosamente, el Premier Soviético Mikhail Gorbachev, preguntado sobre su programa de apertura, Glasnost, sugirió que estaba e¡inspirado en el “socialismo con una cara más amable” de Dubcek.

El mismo Dubcek sobrevivió, y llegó a ser Presidente de la Nueva Asamblea Checoslovaca tras la liberación de su país en 1989. Fallecido en 1992, no tuvo que ver cómo Checoslovaquia se separaba un año después, tras un referéndum.

Checoslovaquia ya no existe, pero el espíritu de la Primavera de Praga no se olvida. Cincuenta años después, aún inspira a aquellos que ansían y luchan por la libertad en contra de sus opresores.

Parafraseando a Dubcek, comunistas, yihadistas y opresores de otras dictaduras, “pueden

aplastar las flores, pero no pueden detener la primavera”.

 

Y ya que estamos, no te olvides de compartir si te ha gustado este artículo…

2 thoughts on “La Primavera de Praga: comunistas contra comunistas.

  1. A Revolução de Veludo (The Velvet Revolution) foi uma demonstração de força do povo tcheco contra o opressor.

    • Bueno, amigo Manoel, la «Velvet Revolution» fue la que en 1989 acabó con el régimen comunista, y tienes razón, acabó también con la opresión. Sin duda, estuvo inspirada en la Primavera de Praga, así lo confesó Vaclav Havel participante en las dos revuelas. Historia con un final feliz…
      Molto obrigado! Un abrazo…

Comments are closed.