Esta semana, el 6 de junio, se cumplieron 50 años del asesinato de Robert F Kennedy. RFK o “Bobby”, como se le conocía cariñosamente, fue asesinado por Sirhan Sirhan, un palestino aparentemente trabajando solo.
Siguiendo los pasos de su hermano John, Robert F Kennedy buscaba la presidencia de Estados Unidos. Aquella madrugada había ganado las primarias de California, y celebraba la victoria en un hotel de Los Ángeles. Es muy posible que hubiese llegado a la Casa Blanca.
Pero el sueño se truncó. En una década cargada de asesinatos políticos, JFK, Martín Luther King Jr y Malcolm X, entre otros, la muerte de RFK significó otro paso en la transformación social del gigante norteamericano.
La esperanza que contagiaba Robert F Kennedy, sus formas más amables que las de su hermano y, en especial, su pasión por servir a los más necesitados, terminaron en las manos de un antisionista y desadaptado social.
El sueño de Joe y Robert F Kennedy
Fue la ambición del patriarca, Joe Kennedy, la que empujó a sus hijos a llegar lejos. Joe los educó en un ambiente competitivo, pero de apoyo mutuo entre hermanos. Su plan es que uno de sus hijos llegase a presidente de Estados Unidos.
Ese plan estaba configurado para el primogénito, Joseph Kennedy Jr. Sin embargo, su temprana muerte durante la Segunda Guerra Mundial hizo que el testigo pasara al segundo vástago varón, John Fitzgerald.
JFK lo consiguió, no sin ayuda del dinero y las influencias de su padre. Robert F Kennedy, fue nombrado por su hermano Fiscal General. El menor de los hijos, Edward, fue elegido para sustituir a John en el Senado.
Todos los sueños de Joe se hacían realidad. Pero el destino le tenía preparado un giro inesperado. JFK fue asesinado en Dallas el 22 de noviembre de 1963.
A pesar de que la investigación oficial dio como único asesino a Lee Harvey Oswald, las sospechas de juego sucio permanecieron. Y permanecen.
Tras la tragedia, Bobby Kennedy se presentó al Senado por Nueva York, y ganó. Sería Senador hasta su muerte. En ese periodo, Bobby se distinguió por su oposición a la Guerra de Vietnam y a la discriminación racial.
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Finalmente, Bobby decidió buscar la presidencia. El presidente saliente, Lyndon B. Johnson, se descartó de la carrera ante su baja popularidad. Robert F Kennedy tendría que enfrentarse en las primarias al Senador Eugene McCarthy.
Bobby a por la Casa Blanca
Eran muchos los que insistieron a Bobby en que luchara por la presidencia. Su nombre, su experiencia y, sobretodo, su loable defensa de los más necesitados, le situaba en buena posición de salida.
Ocho años menor que su hermano John, Bobby era un experimentado político. Había sido el director de la campaña de JFK al Senado en 1952, después de trabajar en el Departamento de Justicia.
Elegido JFK al Senado, Robert F Kennedy entró a trabajar como ayudante del Senador Joseph McCarthy en el Subcomité de Investigaciones. No obstante, Bobby renunció un año después al no estar de acuerdo con los agresivos métodos en la “caza de brujas” de McCarthy.
En 1954, él mismo jugó un importante papel en un nuevo comité senatorial, esta vez investigando precisamente los métodos, Bobby se convirtió en una figura muy conocida. Mientras tanto, Bobby también consiguió colocarse entre los líderes del Partido Demócrata.
Su nombramiento como Fiscal General por su hermano, le granjeó críticas por nepotismo. JFK lo defendió, arguyendo que era un abogado muy capaz que conocía bien las entrañas del estado y del crimen organizado.
Cuando en 1968 Bobby decidió optar por la presidencia, tenía todas las de ganar: famoso, respetado y experimentado.
Bobby Kennedy for President
Kennedy anunció su candidatura el 16 de marzo de 1968. Las primarias del Partido Demócrata ya habían empezado, en New Hampshire, cuatro días antes. El todavía Presidente Johnson había ganado a Eugene McCarthy, pero la victoria había sido pírrica, y señalaba las pocas posibilidades de reelección.
El Senador Robert F Kennedy anunció que entraba en la carrera desde el mismo punto en el que su hermano había hecho el mismo anuncio, nueve años antes. También copiaría la estrategia: ganar las primarias gracias al apoyo popular.
Bobby centró su campaña en los temas por los que siempre había mostrado interés: derechos civiles y grupos marginados. Su primer discurso lo dio en la Universidad de Kansas State, donde reunió a un número récord de estudiantes.
El Senador Kennedy pronto identificó a un grupo de electores ninguneado hasta entonces: los jóvenes. En las elecciones de 1968, la generación más numerosa de la historia, los “baby boomers”, votaría por primera vez.
Otro punto importante de la campaña fue su oposición a la Guerra de Vietnam. Kennedy admitió haber cometido errores el comienzo de la intervención estadounidense en el sureste asiático. Era tiempo de recular, dijo, y de buscar la paz.
La campaña
Los resultados no se hicieron esperar. El 6 de mayo, en las primeras primarias en las que Kennedy participó, en Indiana, Bobby ganó con un 42% del voto. Su principal rival, McCarthy, quedó en tercero con 27% de apoyos.
Una semana después, Kennedy repitió victoria en Nebraska, un estado en el que se le suponía débil. 51% de los votos fueron para Robert F. Kennedy mientras que McCarthy obtuvo un 31%. La campaña tomaba velocidad.
No obstante, Kennedy perdió las primarias en Oregón, seis puntos por detrás de McCarthy. Aún así, confirmó que seguiría en la carrera, y pasó a California donde se celebrarían las primarias el 4 de junio.
En el estado más populoso de la Unión, Kennedy entró en la campaña por detrás en las encuestas. Siendo el premio mayor de las primarias, McCarthy había apostado fuerte por California, y las encuestas le daban la victoria.
Sin embargo, tras un debate el 1 de junio, y a pesar de que las opiniones post debate no dieron un claro ganador, las encuestas se tornaron a favor de Bobby. En South Dakota, que celebraba primarias el mismo día que California, la situación era parecida.
Como fue, Kennedy se alzó con la victoria en ambos estados. La campaña de McCarthy quedó tocada, y las posibilidades de Bobby de alcanzar la Casa Blanca subieron como la espuma.
Victoria y últimos momentos
El cuartel general de la campaña del Senador Kennedy en California estaba en el Hotel Ambassador de Los Ángeles. Ahí recibió los resultados del voto, y ahí daría su discurso de agradecimiento.
Varios cientos de fieles se agolpaban en el salón principal. Robert F Kennedy apareció casi a la medianoche, y se acercó al micrófono. Habló durante un par de minutos y terminó diciendo: “Muchas gracias a todos vosotros. Ahora a Chicago, ¡y vamos a ganar ahí!”
En esa última escena, aparecen detrás de Bobby, Rosey Grier, un exjugador profesional de fútbol americano, y Karl Uecker, Maitre d’ del hotel. En ese momento, ambos fungían como guardaespaldas no oficiales, pues en aquel entonces el Servicio Secreto no protegía a los candidatos (desde el asesinato de Bobby, también los candidatos llevan escolta).
El asesinato de Robert F Kennedy
Bobby comenzó a bajar del podio para dirigirse a otro salón del hotel, donde había otros colaboradores. En eso, uno de sus asesores le avisó que los planes habían cambiado, y que antes daría una rueda de prensa.
Para llegar a la zona de prensa, Kennedy debía pasar por la cocina del hotel. Hacia allí se encaminó, con Uecker cogiéndolo de la mano, y varias personas mas cercanas a la campaña y a Kennedy.
El séquito entró por una despensa detrás de la cocina. Era un pasillo estrecho con una máquina de hielo, una mesa caliente para los buffets, y dos estanterías de bandejas. También esperaban dentro un par de asistentes de camareros (busboys).
Kennedy saludó a uno de los camareros, para lo cual Uecker tuvo que soltarle la mano. En ese instante, un hombre se acercó a Kennedy, extendió la mano con una pistola, y disparó tres veces a bocajarro sobre el candidato.
El brazo extendido del atacante pasó justo por delante de Uecker. Este reaccionó rápidamente y cogió del cuello al joven, presionándolo sobre la mesa caliente. Aún así, Sirhan Bashar Sirhan, hizo cinco disparos más, hiriendo a sendos espectadores.
Kennedy cayó herido. Tenía dos heridas de bala por detrás de la axila, y una más por detrás de la oreja. Estaba vivo y consciente, y su primera reacción fue preguntar sobre el estado de los demás.
Kennedy fue trasladado a un hospital, y antes de las tres de la madrugada, a otro. Ahí fue operado, pero los médicos no tenían muchas esperanzas. Robert F Kennedy falleció en la madrugada del 6 de junio, 26 horas después del atentado.
¿Misterio, conspiración?
Al tratarse de un hermano del presidente caído, el asesinato de RFK no quedó libre de dudas. A pesar de que el asesinato había sucedido frente a varios testigos, hubo quien sugirió juego sucio, una conspiración.
No obstante, en un principio Sirhan Sirhan, un palestino de 24 años, reconoció su culpa. Según él, lo había hecho porque Kennedy había declarado su admiración por Israel. En su bolsillo la policía encontró un recorte de un periódico que hablaba de dichas declaraciones.
Además, Sirhan había escrito en su diario varias veces que pensaba asesinar a Bobby Kennedy. Él mismo escribió que tenía que el Senador tenía que morir antes del 5 de junio, fecha que conmemora el inicio de la Guerra de los Seis Días.
No bastó para los defensores de las teorías de la conspiración. Según ellos, Sirhan Sirhan había sido hipnotizado y programado por la CIA para tirar del gatillo. Dicho argumento, surgido de la película “The Manchurian Candidate”, fue utilizado por la defensa.
No voy a mencionar sus nombres para no darles publicidad. Pero hay un caso llamativo. Se trata de un documentalista irlandés que escribió un libro y filmó el trabajo correspondiente. Entre otras teorías, Shane O’Sullivan acusó a la CIA del asesinato.
En su libro, el conspiranoico afirmó que, en la escena del crimen, había tres antiguos empleados de la agencia de inteligencia. Sin embargo, uno de esos hombres había muerto en 1962, otro estaba en Alemania y un tercero, con su familia y amigos ese día.
La mujer del vestido de lunares
Otro importante elemento entre los defensores de la conspiración fue una mujer presente en la cocina aquel día. Según algunos testigos, una mujer en un vestido de lunares había salido corriendo y gritando “hemos matado a Kennedy, le hemos disparado”.
La testigo principal fue la joven colaboradora de la campaña Sandra Serrano. Ella aseguró que, media hora antes del asesinato, se había cruzado con una mujer con un vestido de lunares, acompañada de dos hombres de aspecto latino. Sirhan Sirhan bien podía caber en esa definición.
Nunca se encontró a la famosa mujer del vestido, ni a otros testigos que la hubiesen visto con Sirhan. Aún así, la teoría de que Sirhan Sirhan no actuó solo se mantuvo y se mantiene en el imaginario popular.
La investigación policial
Había muchos testigos del asesinato de Robert F Kennedy. Sirhan Sirhan confesó en un primer momento, aunque luego dijo en el juicio que no recordaba nada. Se encontró su diario, en el que decía planear el asesinato de RFK.
La policía nunca encontró evidencia de conspiración. Ninguna de las pistas sugeridas por la defensa llevó a resultados concretos. Toda la evidencia apunta a que Sirhan Sirhan actuó solo. Ninguna evidencia apunta a lo contrario.
Pero ya sabemos, cualquier teoría de la conspiración vende, y si esta incluye a un Kennedy vende mucho más. Es verdad que en el asesinato de JFK las cosas no parecen muy claras, por decirlo suavemente. Pero no es así en el caso de RFK.
Sirhan Sirhan fue condenado a muerte, pero su pena le fue conmutada por la cadena perpetua. Aún vive entre rejas en una prisión de California.
Epílogo
Bobby dio su vida haciendo lo que le gustaba. Su intención era ayudar a mejorar su país y su sociedad. Tenía posibilidades de haber seguido los pasos de su hermano a la presidencia. Un asesino interrumpió su camino.
Hasta ahora, ningún otro Kennedy ha vuelto a ser Presidente, no por falta de intentos. EL hermano menor de JFK y RFK, Ted, se presentó a las primarias en 1979. El escándalo en que se había involucrado en Chappaquiddick dio al traste con sus aspiraciones.
Nunca se sabe, al menos dos Kennedys de la segunda y tercera generación están en política. Quien sabe si algún día volvamos a ver a uno de ellos en la Casa Blanca.
Como siempre, muy interesante, querido Jesús. Hace tiempo terminé la trilogía “The Century”, de Ken Follet. En su tercer tomo, ª”El umbral de la eternidad”, se trata con detalle este asesinato. Sobre este asunto no creo en conspiranoias.
Un fuerte abrazo.
Hallo Herr Udet!
Es verdad, no recordaba ese pasaje en la excelente trilogía de Follett. También es cierto que el asesinato de Bobby no ha generado tanto ruido como el de JFK, pero sí más que otros magnicidio.
Cómo digo en el artículo, si Bobby no hubiese sido hermano de John, probablemente no hubiera habido tantas teorías de la conspiración, pero es lo que tiene llevar el apellido Kennedy.
Como siempre, muchas gracias por tu valiosa colaboración. Un abrazo y a ver cuándo nos vemos…
Sólo faltan cuatro días para cumplir un mes sin publicar nada.
Ya me contarás cómo van tus otros proyectos. Espero que muy bien.
Un abrazo.
Estimado Antonio,
Ha pasado ya ese mes, y es la primera vez que entro en el blog. La razón no es tanto el nuevo proyecto, que está casi terminado, pero también algo retrasado. El problema es que he estado muy ocupado con un contrato de mi trabajo normal. Es muy importante para mí y he tenido que dedicarle todo mi tiempo a este trabajo. De hecho, estoy trabajando todos los días, fines de semana incluido, entre 15 y 16 horas al día. Estoy físicamente agotado, pero ya me queda poco. Si Dios quiere, en agosto volveré a publicar.
Tengo ideas y muchas ganas de volver a conectar con la historia. Mientras tanto, os ruego me perdonéis este breve abandono.
Mil gracias por adelantado y un abrazo.