Más de una vez he confesado que tiendo a emocionarme fácilmente. Las culpables son historias tristes o con final feliz, o mi propia nostalgia. Sólo una vez, sin embargo, esa emoción ha sido provocada por un objeto, un edificio para ser exacto, el Taj Mahal. Nunca he sentido nada parecido con ninguna otra obra del […]