Cuando la electricidad atraviesa un conductor se encuentra siempre con una resistencia que le impide el paso; fenómeno bien descrito por la Ley de Ohm. Esta resistencia es directamente proporcional a la temperatura a la que se encuentre el conductor, lo que significa que cuanto más frío está el cable, menos pérdida se genera. Como dato, para conseguir los primeros superconductores fue necesario enfriar el metal con helio líquido; lo que quiere decir que la temperatura casi alcanzaba el cero absoluto, 273ºC bajo cero.

Ley de Ohm: La resistencia (ohmnios) impide el paso de la corriente (amperios) empujada por el voltaje (voltios).
En la naturaleza se dan diversos materiales, algunos de ellos son elementos puros como el estaño o el aluminio y otros son aleaciones o semiconductores especiales, en los que se presenta un curioso fenómeno. La resistencia eléctrica no solo desciende con la temperatura sino que de hecho se anula del todo al descender por debajo de una temperatura crítica, creando un circuito sin pérdidas por el que la electricidad podría circular eternamente.
Las aplicaciones de la superconductividad son muchas y muy variadas: un electroimán superconductor es muchísimo más potente que cualquier otro imán, tanto es así que pueden provocar que un imán normal levite sobre él; los imanes superconductores se emplean en máquinas de Resonancia Magnética Nuclear, en trenes magnéticos que van suspendidos sobre sus vías y en aceleradores de partículas.
Como es de suponer, una meta científica actual es encontrar una aleación de metales que puedan comportarse como superconductores a temperatura ambiente, ya que ahora mismo sería imposible mantener las temperaturas necesarias sin un presupuesto astronómicamente alto (Por ejemplo, la temperatura de los superconductores del LHC en el CERN es la del Nitrógeno líquido, 195.8ºC bajo cero). Aun así, cada vez estamos más cerca de encontrar esa milagrosa combinación de metales que nos permita disfrutar de las ventajas de la superconductividad en el día a día; los materiales que se hace superconductor a mayor temperatura actualmente son todos derivados de óxidos de cobre y su temperatura está cerca de los 100ºC bajo cero. Todavía queda un largo camino por recorrer en el campo de la superconductividad, pero dados los beneficios que aporta a la física de las altas energías es seguro que se le seguirá dedicando a esta fascinante propiedad de la materia su merecido esfuerzo.
Gonzalo Díaz del Rio,
Me encantó el artículo. Conciso y al grano. Gracias a él descubro (soy distraída) la solapa Ciencia. Hacia ella me encamino y … ¡oh! Uno de mis temas favoritos más apasionantes ¡Los agujeros negros!
Si ya los artículos de la Primera Guerra Mundial me tienen absorta, ni qué decir de mi descubrimiento actual.
Saludos de gratitud.
Hola Verónica,
muchas gracias por tu comentario. Tengo que decir que los artículos de Ciencia los escribe un amigo y colaborador, a quién aviso de los comentarios para que vea lo que la gente piensa.
Por la parte que me toca respecto al resto del blog, te agradezco mucho tus visitas, tus me gusta y tu fidelidad. Sois el alma de este blog.
Muchas gracias y un besín.
Hola Jesús,
por mi trabajo, siempre que veo una imagen de resonancia magnética me maravillo. No tenía ni idea de que las obtenemos gracias a los superconductores. Las aplicaciones que se pueden hacer en el futuro, como bien dices, son increíbles. Un buen artículo, claro y conciso.
Un abrazo