La unión de los diversos reinos que resultó en el nacimiento de Alemania en 1871, fue una pesadilla para los mandos logísticos del ejército, pues cada regimiento tenía sus propios uniformes de diversos colores, diseñados a propósito para distinguirlos desde la distancia en el campo de batalla. Durante el resto del siglo XIX, se hicieron esfuerzos para homogeneizar el uniforme del nuevo ejército imperial, pero no fue sino hasta 1910 que se logró dicha hazaña con la introducción del feldgrau, el gris de campaña, usado por toda la infantería. Aún así, se mantuvieron los distintivos regionales durante el resto de la guerra.
Originalmente tanto la guerrera como los pantalones eran de lana, pero la vida en las trincheras, húmeda y fría buena parte del año, popularizaron los pantalones de pana, que en muchos casos los soldados debían comprar con su propio dinero, La guerrera no llevaba bolsillos en el periodo pre-guerra, pero las peticiones de los oficiales consiguieron que se añadieran de oficio a partir de 1916. Las botas eran de piel y cubrían las espinillas, esencialmente las mismas que venían usándose en el ejército prusiano desde 1870.
Probablemente la seña distintiva más famosa de los «Jerrys», era el casco Pickelhaube, o casco con punta, el famoso «pincho» que originalmente servía para sostener adornos de plumas. Los pickelhaube estaban hechos primordialmente de cuero, pero cuando el bloqueo naval limitó las importaciones de este material desde Argentina, los fabricantes empezaron a experimentar con otros materiales, hasta decidirse finalmente por el acero. Los pickelhaube se distinguían también por el escudo frontal de latón, que representaba el escudo de armas de la región alemana de donde provenía el regimiento. A partir de enero de 1916, sin embargo, la funcionalidad y la falte de material terminaron por sustituirlos por el Stahlhelm (casco de acero), utilizado por la Wermacht en la Segunda Guerra Mundial, y más allá.
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