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De cómo los romanos se limpiaban el trasero después de ir al baño.

(ADVERTENCIA: Si eres de estómago débil, te recomiendo leas algún otro de mis artículos en el blog. En todo caso, esta entrada no debería leerse justo antes o después de comer. No me responsabilizo de cualquier desaguisado causado por el trasero de los romanos. :P)

Cuando decidí abrir esta bitácora, mi intención principal fue la de acercar al público en general al estudio de la historia y la ciencia en todas sus acepciones, los grandes eventos, pueblos y personajes que han marcado la vida de los humanos sobre nuestro planeta, pero principalmente quería escribir sobre aspectos poco conocidos e interesantes del pasado. El tema que nos ocupa hoy, busca dar a conocer un elemento recóndito aunque eminente en la vida diaria de los romanos, y no es más que sus costumbres a la hora de hacer sus necesidades.

¡Esos romanos están locos!

Los habitantes de la antigua Roma fueron famosos, entre otras cosas, por su afición a los baños y la higiene. La capital de la república fue la primera en la que sus ciudadanos tuvieron agua corriente en sus casas y fuentes públicas a las que una serie de acueductos suministraban el precioso líquido. Para conocer y admirar las costumbres romanas, tenemos decenas de ejemplos entre las ruinas más famosas: los Baños de Caracalla, la ciudad de Bath (que en inglés significa precisamente “baño”).

También está la recientemente descubierta Ostia Antica, un Spa con docenas de balnearios en las playas más cercanas a Roma. Bien conocido es el ritual del baño romano que, además de su inherente función profiláctica y purificadora, servía de lugar de encuentro donde los ciudadanos aprovechaban para socializar y conspirar. Pero por muy interesante que sea el ceremonial de la limpieza, dejaremos esa cuestión para un artículo próximo para concentrarnos en los aseos públicos, y en los traseros romanos.

Los baños

Para empezar hay que decir que las instalaciones de este tipo en Roma hacían honor a su apellido, porque públicos sí que eran, y no sólo porque la entrada estuviese abierta a cualquier ciudadano, sino porque una vez dentro, las necesidades fisiológicas de senadores, soldados, comerciantes o artesanos se hacían a la vista de todos los presentes, sin pudor, y sin muros o mamparas separadoras entre los W.C. primitivos graciosamente esculpidos en piedra o hechos de madera. Tal cual, como si en los baños de un aeropuerto se eliminaran todas las divisiones y los apresurados viajeros tuviesen que descargar el producto residual de su proceso digestivo bajo la mirada perniciosa de sus vecinos. Una imagen dice más que mil palabras:

Así se vería un aseo público en la antigüedad:

(Haz click para ver mejor)

Así es como se ven ahora:

(Haz click para ver mejor)

Para nosotros, descendientes de aquellos hombres y mujeres que tan gustosos y alegres defecaban mientras comentaban el último debate en el senado, la moda presentada ayer por los diseñadores o el combate de gladiadores de la semana pasada, la vista de este espectáculo probablemente nos causaría nauseas, pero para ellos, no era más que la combinación de una necesidad fisiológica con otra social.

Limpiando el trasero

Más llamativo, si cabe, era el método que los visitantes a estos servicios utilizaban para limpiarse el trasero. A falta de papel, el instrumento en cuestión era una vara de madera con una esponja (muchas veces, literalmente, extraída del mar) atada a un extremo, o un paño o borra de algún animal. Si os fijáis en las ilustraciones, podéis ver los canalillos por donde corría  agua salada justo enfrente de los asientos para lavar las esponjas después de cada uso. Ignoro si las esponjas también eran públicas (en realidad lo eran) o cada ciudadano llevaba la suya propia, pero no pienso investigarlo más a fondo.

Una segunda opción, en el caso de los aseos de los barrios más pobres, era simplemente usar la mano para limpiarse el trasero. Después se lavaban en una fuente especialmente instalada para ello, no creo que necesitéis más detalles. Lo mismo se hacía en el resto del mundo cuando no había otra cosa a la mano. La excepción es China, donde el papel se venía utilizando en la limpieza de las partes íntimas desde el siglo II a. C. Imagino que a estas alturas muchos de vosotros estaréis elevando una plegaria al inventor del papel de baño moderno. Yo a veces lo hago.

Raros, raritos

Durante los años que he pasado estudiando a los romanos y sus costumbres, este ha sido el capítulo que más me ha llamado la atención. No me siento capaz de criticarlos por ello. La verdad es que tampoco tenían muchas opciones, eran víctimas de las limitaciones de su tiempo. Lo importante es que muchos de sus baños han sobrevivido y nos han dado la oportunidad de conocer mejor la cultura de nuestros ancestros. Espero que, a pesar de lo desagradable que pueda ser el tema del trasero, vosotros lectores hayáis aprendido algo nuevo.

(Por cierto, ya he publicado un nuevo artículo sobre las costumbres romanas que os llamará la atención: Es verdad, los romanos utilizaban la orina para lavar la ropa, y otras cosas peores…).

 

Jesús García Barcala:

View Comments (318)

  • Lo de los aseos ya lo conocía,lo impactante es la esponjita, yo pensaba más en hojas de algún árbol, pero pensándolo bien,todo eso sería para el atasco. Hace muchísimos años me prestaron un libro que se llamaba " Usos y Costumbres de la Roma cotidiana ", lamentablemente no recuerdo el nombre del autor. Lo conoces? Me gustaría volver a leerlo, aunque con tus escritos tengo solucionada mi curiosidad.
    Gracias por tu agradable tu manera de contar la historia!
    Un abrazo.
    Hasta pronto.

    • Hola Stella, muchas gracias por tu comentario. Conozco más de un libro que verse sobre la vida diaria de los romanos, y de otras culturas, yo tengo alguno, y son interesantísimos. Déjame volver a casa y te doy el dato. Por cierto, mañana publico sobre Rosalind Franklin...Muchas gracias nuevamente y un besín.

  • Me parece muy normal , porque no podemos juzgar una costumbre despues de mas de un milenio como juzgariamos lo absurdo del momento que un solo hombre como Bill Gates pueda dar de comer un menu peruano a toda la humanidad quiro decir a mas de 6,500 millones de seres que comformamos en este momento.

  • Hola Jesús,
    ¡me has dejado impresionado!... y no sólo por el tema que tratas (que ya da para reír un rato) sino por cómo lo has explicado ¡ja, ja, ja!, todavía me estoy riendo. En el fondo esta necesidad fisiológica hay que verla de lo más normal, como lo que es, una necesidad orgánica. Así lo veían ellos, el problema es que nos hemos vuelto muy recatados, ¿no crees?. Hay que reconocer que los romanos hacían bien las cosas y muestra de ello es que aún se conserven estos "defecatorios" después de 2.000 años. No sé si dentro de otros dos milenios se conservarán los nuestros (aunque parecen muy sólidos) ;-) En fin, si defecaban así de bien es que también antes se alimentaban, y lo primero es lo primero, no morir de hambre. Una vez dijo alguien "triste es amar sin ser amado, pero más triste es defecar sin haber almorzado".
    Un abrazo.
    P.D.: siento que no quieras investigar más el proceso de limpieza anal (lo digo por lo de la escobilla) pero si fuera yo, tenía claro que me llevaba la mía de casa.

    • Estimado Francisco,
      siento no haber podido responder antes (y lo mismo va para todos) pues el éxito de este artículo ha sobrepasado mis límites logísticos. El tema hace mucho que me atraía y le guardaba su huequito, sabes que me gusta hablar no sólo de los grandes eventos de la historia, sino también del día a día de nuestros antepasados. No me atrevía a hablar de las cuestiones de salud pues no soy un experto, y no se que tan malo o bueno pueda ser la cuestión de la esponjita, tú lo sabrás mejor...porque eres médico, no porque crea que la usas...;)
      En fin, seguiré respondiendo, y te agradezco nuevamente tu comentario y todo tu apoyo.
      Un cordial saludo.

  • Interesante ,francamente son cosas en las que no nos detenemos a pensar al visitar alguna ruina arqueológica y son necesidades fisiológica que todos tenemos ;se que los mayas utilizaban el centro de la mazorca de maiz, ya que la mazorca esta seca se desgrana y al centro lo llaman bacal

  • buenos dias, interesante y buen tema, amigo, aqui te dejo unas citas biblicas que tienen que ver con este tema. deuteronomio 23 :9-15
    11. Si alguno de ustedes ha caído en estado de impureza a causa de una polución nocturna, saldrá fuera del campamento y no volverá a entrar en él.

    12. Pero al llegar la tarde se lavará, y al ponerse el sol entrará de nuevo en el campamento.
    13. Tendrás, asimismo, un lugar fuera del campamento para hacer allí tus necesidades.
    14. También llevarás una estaca en tu equipaje, y cuando salgas afuera para hacer tus necesidades, cavarás un hoyo con la estaca y luego lo volverás a tapar para cubrir tus excrementos.
    15. Porque el Señor, tu Dios, recorrerá el campamento para protegerte y para poner a tus enemigos en tus manos. Por eso tu campamento será un lugar santo, y el Señor no debe ver en él nada indecente. De lo contrario se apartaría de ti.

  • Hace tiempo oí que un emperador romano (no recuerdo el nombre, ni el siglo cuando vivió) quien era al parecer muy grueso, fue asesinado por su guardia personal, metiéndole estos en la boca, una de esas esponjas ahogándole. (Si no le mataban por asfixia, puede que le hubieran matado de asco).

    También, eso de cagar en público, era al parecer también costumbre de los reyes durante la época del Barroco. Los reyes citaban a los embajadores extranjeros para hablar con ellos, mientras defecaban, para que éstos, hicieran llegar la nueva a sus respectivos reinos, que el rey en cuestión, gozaba de buena salud. Lo que podría decirse, que andar bien de vientre, era una señal inequívoca de continuidad dinástica. ( El rey cuando bien caga, demuestra ser su reino saludable, y que todo en su reino va bien),... Este último entrecomillado es mío.

  • No hay comentario pero sí una pregunta...las mujeres, era igual?, Había división de sexos o era lo mismo?

    • En el caso de los aseos, mujeres y hombres estaban segregados, pero no siempre en el caso de los baños...gracias por tu comentario Mónica...

      • Me gusto el artículo, y ademas bastante interesante. Como crítica constructiva, me hubiese parecido mejor que el título fuera "como se limpiaban el culo los romanos"; me parecio que hubo bastante pudor al utilizar el vocabulario (infundado).

        • Hola amigo/a. Pensé en usar la palabra "culo", pero tengo muchos lectores en Latinoamérica y esa palabra es menos aceptada que en España, por eso preferí trasero.
          Gracias por tu comentario.

    • todoz loz diaz ze aprende algo ,que ingeniozo ziztema,graziaz por la informazion ze me rompio la letra eze.

  • Claro que no se puede criticar (negativamente hablando), al contrario, para su tiempo eso era un gran avance en temas de salud pública e incluso en aspectos de seguridad nacional.

    Muy buen artículo. Aunque algo escatológico, también son temas históricos que merecen estudio.

    • Es también mi opinión Artemio. No podemos juzgarlos por sus costumbres, pues hacían lo que podían, y era mucho, con la tecnología disponible. Muchas gracias por comentar.

    • Me parece que contaminar el agua con excremento, puede llegar a ocasionar problemas de salud publica, creo que la mejor manera para el manejo de estos desechos, era la que utilizaban los judíos, quienes enterraban su excremento.

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