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Un periodo oscuro de la historia.

Año 408, un general visigodo que durante años había luchado como mercenario para los romanos en las fronteras orientales del imperio, dolido por no haber sido ascendido como él creía merecerse, se presenta ante la Ciudad Eterna con sus tropas y la somete a sitio. Para entonces, Alarico ya no pide un ascenso, ya es demasiado tarde. Ahora exige riquezas, poder, y mucha comida. Roma le niega todo, y el rebelde bárbaro ordena la toma y saqueo de la ciudad. Durante tres días, sus tropas desatan una orgía de pillaje, violación y muerte. Recogen grandes tesoros y se hacen algunos esclavos, pero comida no encuentran, y dejan la Capital del Mundo herida de muerte, y con ella el Imperio Romano de Occidente.

La «Pressoir Mystique» de una Biblia provenzal medieval.

El saqueo de Roma por el visigodo Alarico en el 410 d.C. fue sólo la puntilla que provocó su hundimiento, pero la realidad es que hacía tiempo que la gloria del imperio, ya dividido en dos, había dejado de brillar.  Una sucesión de ineptos y corruptos emperadores empeñados más en enriquecer sus arcas personales que en garantizar el bienestar de los ciudadanos, debilitó gradualmente las estructuras del poder que por siglos habían asegurado la supremacía de Roma y minó su confianza en sí misma. Repartidos por el continente, los generales con legiones a su cargo olvidan su fidelidad al imperio y se enrocan en donde les haya pillado para erigirse como amos y señores de los territorios bajo su control. Otros igual de listos, bárbaros algunos, aprovechan el desconcierto y ocupan tierras hasta entonces bajo el yugo de Roma. Es la ley del salvaje oeste.

Es el final de una larga era de estabilidad, de Pax Romana, de grandes avances culturales y económicos. El Imperio en occidente queda fragmentado siguiendo las líneas de poder de individuos y pueblos, algunos recién llegados del este. Vándalos, visigodos y ostrogodos entran en Europa Occidental y comienzan su colonización de Francia y España, hasta donde los centros de poder locales se lo permiten. Pero también es el inicio de una nueva época, un periodo de tiempo dominado por la guerra, por la división, por las luchas de poder para hacerse con los restos de la antigua Roma. La gente se olvida de dedicar su vida al trabajo con el objetivo de progresar, se olvida del ocio, dice adiós a la educación, a las artes, a la ciencia. Todos los recursos son requisados para la batalla.

El cristianismo, la única entidad capaz de ofrecer un tipo de consuelo a los sufridores hombres de la Edad Media, fue el hilo que mantuvo a Europa bajo una miso techo, el nuevo emperador era Jesucristo. La religión catapultada por Constantino hacia los confines de Europa, sirvió de aglutinante para la miriada de reinos que surgieron tras la caída de Roma, utilizando las mismas estructuras heredadas del imperio. También sirvió a algunos como excusa para lanzarse a aventuras de conquista. La guerra santa había nacido. Los bárbaros se convierten al cristianismo para aprovechar su autoridad sobre un pueblo temeroso de Dios. De Dacia a Irlanda aparecen monasterios siguiendo la hégira de santos y profetas. La gente tiene miedo y necesita consuelo, esperanza, y los monjes son los únicos capaces de ofrecer esos tesoros. Los monasterios se convierten en centros de poder, pero no de poder político, sino de uno menos prosaico, más espiritual. Son también los repositorios del conocimiento, los guardianes de la cultura, y buenos promotores de la cerveza. Los últimos y aislados faros en una tierra sumida en la oscuridad.

Ante la ausencia de una autoridad protectora, grupos armados esclavizan a la población obligándola a trabajar para el dueño del castillo más cercano. El pueblo llano se convierte en vasallo de su señor; el señor en servidor de su rey; el rey es todopoderoso, aunque para ello deba defender constantemente sus predios. La división manda, la rivalidad obstaculiza el comercio libre, limita el intercambio de ideas. La luz del conocimiento se apaga y, hacia el siglo VII, quedan pocos individuos fuera de los monasterios que puedan leer o escribir. Europa queda sumida en la oscuridad cultural de la que tardaría un milenio en escapar. La situación empeora cuando fuerzas externas, aprovechando la desaparición de Roma, entran en el continente desde África y Asia, conquistando buena parte de la Península Ibérica y Tierra Santa. Por el norte llegan los inesperados vikingos, saqueadores por naturaleza, y dejan un rastro de sangre de Islandia a Palestina, de España a Polonia. Siglos más tarde, la peste bubónica hace su aparición devastando a buena parte de la población europea y su economía. Son las horas más bajas de la historia, hasta entonces.

Pero no todo es oscuridad en esta tierra olvidada de Dios. La amenaza musulmana unifica en cierta medida a las monarquías y a los pueblos que gobiernan. Nace un sentimiento renovado de identidad que reconoce la herencia cristiana y romana de las naciones europeas. Surgen alianzas, por conveniencia la mayoría, que buscan reforzar las posiciones de las familias gobernantes y ampliar sus bases de poder, pero también dotar de un hilo cultural común entre los antiguos territorios romanos. Carlos Martel, un rey franco, es el único que reconoce el peligro y crea un ejército formal con el cual detener la amenaza y vence a las fuerzas invasoras de Abdul Rahman en la Batalla de Tours, sentando las bases del Imperio Carolingio que fundaría oficialmente Carlomagno. Coronado por el Papa León III el día de navidad del año 800 como el emperador del recreado y rebautizado Sacro Imperio Romano de Occidente, el nieto de Martel buscó la reunificación de Europa bajo una misma patria, y lo consigue durante un tiempo y, a pesar de que el sueño de Carlomagno muere con él, la marea unionista se extiende lentamente con el paso del tiempo. La fragmentación se torna en unión, los feudos se convierten en estados que a su vez dan paso a nuevas culturas, lenguas y estilos de vida.

De las cenizas de la peste reclaman su lugar tres ciudades-estado en el norte de Italia. Génova, Florencia y Venecia se enriquecen gracias al comercio con Asia y permiten que sus regentes y ciudadanos dediquen parte de su tiempo al ocio, al estudio, a la creación y promoción de las artes. En esos días nace en Arezzo, cerca de Florencia, Francesco Petrarca, el poeta, historiador e intelectual que recibiría el epíteto de Padre del Humanismo por sus esfuerzos por recuperar el estudio de los clásicos y la consecuente propagación de un movimiento cultural que dio nombre a una era, el Renacimiento. La cultura vuelve a tomar un lugar preponderante en la sociedad, y el estudio conllevan a la investigación y esta, a la exploración. La tecnología disfruta de un nuevo auge gracias a las necesidades de las Cruzadas. Europa sale de sus fronteras y se encuentra con mundos perdidos, con los que comparte sus conocimientos, su religión, su modo de ver el mundo.

Quedan atrás los señores y sus vasallos de la Edad Media, los castillos y sus fosos, los torneos y las cruzadas. Se da por perdida Tierra Santa. Se entierra a los muertos de la peste, entre ellos Petrarca, pero nacen las universidades, se reanuda el comercio, se moderniza la imprenta, se reinventa el arte. Europa vuelve a ver la luz, el amanecer de un nuevo día en el que sus pueblos y naciones pueden progresar, crecer y olvidar el pasado, antes de que el ocaso la vuelva a sumir en la oscuridad.

Jesús García Barcala:

View Comments (20)

  • El ocaso... A mí me atemoriza la bajísima tasa de natalidad en España (ya hice mi parte, tengo un hijo con nacionalidad española y mexicana). Temo que seamos muy pocos para contagiar nuestra cultura a la gente que inevitablemente llegará, tal vez saltando las vallas de Melilla, a poblar las tierras vacías. En fin, así rueda la historia. ¿Habrá de nuevo una España mora, como hay ya Texas y California hispanohablantes?

    • Hola Elena,
      la baja natalidad es un problema que en mi opinión se debe a la falta de oportunidades y de confianza en el futuro. Yo mismo, que casualmente tengo también nacionalidad española y mexicana, no me atrevo a tener hijos conociendo el pésimo futuro que tienes España. La única solución, como bien dices, es la inmigración, pero sin trabajos, a qué viene la gente?
      Es muy difícil predecir el futuro, pero a juzgar por la incapacidad de nuestros gobernantes, no me extrañaría en lo más mínimo que España vuelva a ser algún día musulmana.
      Por cierto, fui a ver Interestelar, y me gustó mucho, aunque reconozco que no es para todo el público, hace falta tener ciertos conocimientos de física y astronomía para disfrutarla plenamente, ya me contarás qué piensas tú.
      Muchas gracias y un besín.

  • Hola Jesús,
    la Historia tiene estos ciclos que siempre acaban por repetirse. Después de la oscuridad aparece nuevamente esa luz que hace renacer el ingenio y el progreso de las civilizaciones. La duda que me queda es la siguiente: ¿en qué ciclo estaremos nosotros ahora..?
    Un abrazo

    • Jeje, la misma pregunta me he hecho yo estos días. Tiendo a pensar que estos últimos años las cosas no han ido muy bien y que estamos a punto de salir del túnel. Pero me preocupa que el periodo en cuestión sea en décadas, y no han sido tan mañas las últimas tres o cuatro...mejor será que cuenten el último siglo, que ha sido fatal...
      Muchas gracias por tu comentario Francisco, y esperemos los tiempos cambien para bien.
      Un abrazo.

    • Felicidades, Jesús... por el trabajo y tu tesón al darlo a conocer... Muy de acuerdo con la incógnita de Francisco... ¿Nos encontramos en un periodo similar?¿Hasta cuando?¿Dónde está la luz? Un saludo a los dos.

      • Muchas gracias Viajero,
        yo espero que pronto veamos la luz y que la humanidad por una vez sea realmente humanista, pero somos humanos, y nos equivocamos.
        Muchas gracias por tu amable comentario.
        Un cordial saludo.

  • Vaya...pasamos casi del futuro con tu ultima entrada a la Edad Media. Muy interesante, pero de acuerdo con lo que comentais Francisco y tu... todo se repite... las malditas guerras, los odios, el poder... la falta de buenos gobernantes o políticos y según parece vamos para atrás, al menos aquí con los dichosos recortes en sanidad y estudios, como siglos atrás, cuanto menos cultura tenga el pueblo, mejor para los que se llaman "dirigentes" del país.

    • Hola Rosa,
      intento mezclar los temas para no aburrir a los lectores, pero esta semana si que la estoy dedicando al mundo medieval, como podrás ver en el artículo de hoy y en el del jueves.
      Y aunque tarde un poco, siempre respondo...
      Muchas gracias por tu comentario y tu colaboración.
      Un besín moderno...

  • No se que pasa... juraría que este post lo leí días atrás y puse un comentario y... abro el correo y es comosi huvieses repetido el artículo...que cosas más raras, serán las brujas del mediovo????

    • Hola Rosa,
      lo cabo de responder, sorry. Es que, efectivamente, un embrujo me ha mantenido postrado en la cama por unos días...:P
      Un besito ya medio sano...

  • Gran repaso a la Edad Media, para mí la etapa más oscura de la historia, para mí también están claros los motivos, pero me los callo porque cuando mencionas la religión siempre acabas mal en estos mundos interneteros :D

    • Hola Dess,
      estoy de acuerdo contigo en que la Edad Media fue probablemente una de las etapas más duras de la historia, e imagino por donde vas, pero no tengas miedo de airar tus sentimientos, este es un blog sin censura, a menos que me digan que no se escribir, o que soy un capullo, o que seas del Aleti...:P Pero hasta los rojiblancos son bienvenidos, mira si soy tolerante!
      Un abrazo campeón...

  • Terrible época. Los ciclos se repiten, las muertes, la codicia, las religiones, las invasiones, las guerras, las pestes...
    Y los musulmanes...
    Un abrazo y hasta pronto..

    • Hola Stella,
      tienes mucha razón, fue una época muy dura, con todos los males que mencionas, y alguno más. Creo que tenemos la suerte de vivir en estos tiempos, con todos sus defectos, con todas sus injusticias, pero para buena parte de la humanidad, es mejor son mejores que la Edad Media.
      Muchas gracias or comentar, un besito para Montevideo...

  • Enhorabuena por el fantástico trabajo que haces, vaya eso por delante.
    A lo que iba, actualmente para los medievalistas el tema de la "etapa oscura" empieza a abandonarse pues es un tópico bastante injusto teniendo en cuenta que lo que llamamos Renacimiento es un proceso largo que, evidentemente no sale de la nada. Los colores vivos del Románico y su apabullante fantasía, las catedrales y la luz del Gótico, la infinidad de avances de todo tipo que hubo... Hay ciclos en la historia, progresos, estancamientos, retrocesos... y desde nuestro punto de vista occidental podríamos hacer muchas lecturas sobre "periodos oscuros", así como también hay muchos "renacimientos". Pero en cualquier caso no hace falta irse lejos para encontrar otras visiones, en nuestro actual territorio tuvimos un periodo de esplendor con el arte y cultura con los musulmanes, que nos trajeron ciencia, medicina, filosofía, etc.
    Y a los comentarios que se hacen sobre si hoy estamos entrando en otro periodo de decadencia, a mí me da la sensación de que sí... Cierto retroceso en los derechos que se conquistaron parece que se están dando. Espero equivocarme, el tiempo dirá.
    Un abrazo!

    • Hola Josep,
      coincido contigo en que el mote de "edad oscura" está un poco desfasado. Es verdad que en muchas instancias la Edad Media brilló con luz propia, y de manera muy importante en el arte. Además, irremediablemente fue la base para el Renacimiento, tanto que es difícil dirimir la frontera entre uno y otro y nos hemos abocado a elegir la fecha de una batalla para marcarla. Y no olvidemos a los árabes, aunque normalmente no los consideremos como parte del objeto de estudio pues no representaban la cultura europea. Prometo para la siguiente buscarme otro término...;)
      Muchas gracias nuevamente por tu válida aportación.
      Un abrazo.

  • Completamente sesgada tu visión. Al Andalus fue la luz de occidente durante siglos,mientras el resto de Europa seguía sumida en la miseria fanática medieval, aquí el esplendor solo fue superado mucho después con el Renacimiento Italiano. Y el legado es inmenso en buena parte de la península. Es urgente una revisión que ponga en valor el periodo andalusí.

  • increíble, ´sintetizaste la Edad Media en menos que canta un gallo, (ja, Ja) te digo esto, porque en la facultad me llevó un cuatrimestre entero, y me quedó mucho mas por conocer. Según nuestra profe de Medieval si llegábamos a decir que fue una etapa oscura teníamos aplazo, porqué? púes porque fue la época donde aparecen las universidades, pasaron mil años y muchas cosas verdad? .
    Un abrazo
    PD. siempre comento, no se que pasa, lo borran.

    • Jeje, hola Ana Magdalena,
      hago lo que puedo por facilitar el estudio de la historia a cualquier persona, incluyéndome a mí, que a veces también me pierdo entre sus hilos. A tu maestra le doy parte de razón. Es verdad que durante la Edad Media se perdieron muchos de los avances que habían conseguido las culturas clásicas, pero también hubo destellos de luz que sirvieron de hilo entre la antigüedad y nuestra era. Todas las épocas, en mi opinión, han tenido sus cosas buenas y sus cosas malas. Somos seres imperfectos, y seguirá siendo así mientras no evolucionemos en otra especie.
      Muchas gracias por comentar y un cordial saludo.
      P.D. En ocasiones WP puede interpretar que un comentario es spam sin serlo. Voy ahora a buscar en esa carpeta para ver si hay alguno otro tuyo.

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