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La importancia de llamarse Midway.

Confío en que la gran mayoría de los lectores sabrá que el nombre del atolón de “Midway” significa “medio camino”. Muchos también estarán al tanto de que dicho nombre se debe a que Midway está más o menos a medio camino entre Asia y América. Sobra decir, que en aguas cercanas y sobre la misma isla se desarrolló una de las batallas más importantes y decisivas de la Segunda Guerra Mundial.
Y es que no podemos obviar esa importancia. La historia de la guerra en el Pacífico pudo haber sido muy diferente con la sola variación de un detalle. La victoria bien podía haber caído del lado de los japoneses aquel verano de 1942 si la suerte hubiese estado de su lado.
No lo estuvo, y las consecuencias para el Imperio del Japón fueron devastadoras. Al igual que para los británicos en África, la victoria en El Alamein fue la primera en contra de los nazis, en Midway los estadounidenses frenaron la avalancha nipona. A partir de ahí, casi todo serían victorias.

Atolón de Midway.


Adivino

Hay una famosa cita que, aunque nunca ha podido confirmarse, expresa los sentimientos del Comandante en Jefe de la Flota japonesa. Supuestamente, el mismo día del exitoso ataque a Pearl Harbor, Isoroku Yamamoto habría dicho “Temo que lo único que hemos hecho es despertar a un gigante dormido, y llenarlo con una voluntad terrible”. Se refería al hecho de que el ataque a traición despertaría el potencial industrial de Estados Unidos.
Otra cita de Yamamoto, tampoco confirmada, habría sido dirigida por el Almirante a su gobierno: “En los primeros seis a doce meses de una guerra con los Estados Unidos y Gran Bretaña voy a correr salvajemente y lograré ir de victoria en victoria. Pero entonces, si la guerra continúa después de eso, no tengo ninguna expectativa de éxito”.
Ciertas o no, dichas predicciones dieron en el clavo. Estados Unidos reaccionó de manera decisiva, con todo su poderío, y la estela victoriosa de Japón duró seis meses. Todo cambió en Midway.

Isoroku Yamamoto.

Después de Pearl Harbor

El “día que vivirá en la infamia”, como Roosevelt se había referido al ataque a Pearl Harbor, Estados Unidos recibió un duro golpe. Los japoneses hundieron cuatro acorazados (tres serían reflotados) y dañaron los otros cuatro. También hundieron tres cruceros, tres destructores y media docena de buques más. 188 aviones fueron destruidos en sus pistas, con un número similar de dañados. En el ataque perdieron la vida 2,403 personas, militares y civiles.

Ese mismo día Japón lanzó ataque similares en el Pacífico Sur sobre posesiones británicas, holandesas, francesas y estadounidenses. El patrón se repitió durante las siguientes semanas. La avalancha nipona parecía imparable.
Pero Estados Unidos no estaba cojo. Lo que quedaba de la Flota del Pacífico, incluyendo los portaaviones Enterprise y Lexington, llevaron a cabo ataques a posiciones japonesas en la semanas que sucedieron a Pearl Harbor. No obstante, se trataba de ataques limitados y sin organización estratégica. Eran más bien la reacción de un animal herido.


El “Doolittle Raid”

Como parte de esa reacción inicial, al Teniente Coronel James Harold Doolittle, pionero de la aviación estadounidense, se le ocurrió un plan más bien arriesgado. Su idea era lanzar un escuadrón de bombarderos desde un portaaviones para atacar directamente a Tokio. No se esperaba causar muchos daños materiales. La idea era lanzar un mensaje psicológico, un recuerdo a los japoneses de que la guerra apenas había comenzado, y que tendría consecuencias para ellos.
El 18 de abril de 1942, 16 bombarderos B-25B MItchell despegaron del portaaviones Hornet, escoltado por el Enterprise. Seis horas y 1,200 kilómetros más tarde, los aviones dejaron caer sus bombas sobre la capital japonesa, Yokohama, Nagoya y Kobe. Ningún avión fue derribado, la mayoría aterrizó en China y uno en la Unión Soviética.
Como se esperaba, las bombas apenas y tuvieron un efecto sobre sus objetivos. Un depósito de petróleo, varas centrales eléctricas, una siderúrgica y una docena de edificios más fueron parcialmente destruidos, y todos fueron reparados en poco tiempo. Pero el daño moral fue mucho mayor.

La importancia de Midway

A los pilotos estadounidenses se les había ordenado no bombardear el Palacio Real, residencia del emperador Hirohito. Sin embargo, algunas de las bombas habían caído no muy lejos de ahí. Además del susto, el Alto Mando Japonés se dio cuenta de que las islas eran vulnerables a los ataques yanquis. Aquellos portaaviones que habían escapado la destrucción en Pearl Harbor aún rondaban los mares. Algo había que hacer.
Yamamoto, que ya había sugerido invadir Midway, presionó al Alto mando, y consiguió la aprobación. Midway sería invadido.

La importancia de Midway.

Este atolón pertenece al archipiélago de Hawaii, y si los japoneses lo capturaban sería una inmejorable base para lanzar más ataques sobre Pearl harbor. Además, con Midway en manos niponas, su esfera de influencia aumentaba, y reducía la posibilidad de más ataques estadounidenses a Japón.
De paso, en un ataque a Midway, Yamamoto esperaba atraer a los portaaviones norteamericanos, con la esperanza de acabar con ellos de una vez por todas. Yamamoto planificó la misión para principios de junio de 1942, seis meses después del ataque a Pearl.

El plan

Yamamoto era sin duda el más capaz de los militares japoneses. Era un hombre muy preparado que conocía bien Estados Unidos, pues había estudiado en ese país de joven, y trabajado luego como militar adjunto en la embajada en Washington. No obstante, cometió algunos errores.

El USS Lexington herido de muerte.

El plan tenía dos vertientes principales: invadir los dos atolones de Midway para convertirlos en bases aéreas, y destruir los portaaviones estadounidenses. Yamamoto creía que el enemigo tenía dos de estas naves a su disposición, pues el USS Lexington había sido hundido y el USS Yorktown gravemente dañado un mes antes, en la Batalla del Mar del Coral.
Pero el Yorktown había llegado a Pearl Harbor y estaba siendo reparado a un ritmo frenético. De hecho, cuando partió para unirse al Enterprise y al Hornet poco antes de la batalla, llevaba aún decenas de trabajadores que aún se afanaban en las reparaciones. El Yorktown sería crucial en el resultado de la batalla.
Otro error de Yamamoto fue subestimar la moral norteamericana. Ante la eficacia de la campaña agresiva de Japón en las primeras semanas, creía que tanto los militares como los civiles estadounidenses estaban paralizados por el miedo. Subestimar al enemigo siempre es un error, y en este caso, el error de Yamamoto fue mayúsculo.

El famoso truco

Nadie en el liderazgo japonés sospechaba que los yanquis habían descifrado su código de comunicaciones JN-25b, pero así era, al menos parcialmente. Desde enero de 1942, Estados Unidos había estado escuchando y decodificando mensajes de la Marina Real Japonesa. Varios de esos mensajes hablaban de una operación de calado sobre un objetivo denominado “AF”. El Comandante Joseph Rochefort (imagen Izq.) de la Station HYPO, la unidad de inteligencia criptográfica en Hawaii, sospechaba que se trataba de Midway. Para confirmarlo, se le ocurrió tender una trampa a los japoneses.
Midway está formado por dos pequeños atolones con menos de 10 kilómetros cuadrados de superficie. Apenas hay vegetación, y no tiene ninguna fuente de agua dulce, que tenía que ser transportada desde Hawaii. Rochefort pidió a la base de Midway que transmitiera un mensaje indicando que su máquina de purificación de agua estaba averiada. Dos días después, otra estación de escucha interceptó un mensaje nipón: “AF tiene problemas con el suministro de agua”. AF era Midway.

Orden de Batalla

El plan de Yamamoto dividía la fuerza principal de ataque en dos. La Primera Flota, comandada por él mismo, sería la punta de lanza. La Segunda Flota, al mando del Almirante Nobutake Kondo, era la fuerza de invasión de Midway, y navegaría algunos cientos de kilómetros por detrás.
La Primera Flota estaba a su vez dividida en dos. La Fuerza Principal, con Yamamoto al mando, contaba con tres acorazados, dos portaaviones, dos portaaviones ligeros, una docena de destructores y diversos buques logísticos. Esta unidad no vería acción durante la batalla.
La Fuerza Principal de Ataque de Nagumo, estaba formada por cuatro portaaviones, dos acorazados, dos cruceros, 12 destructores y los barcos de abastecimiento. Esta sería la única parte de la flota que participaría en la batalla.
Además, había una tercera sección, formada por varios acorazados, cruceros, destructores y buques de transporte, que llevarían a varios miles de soldados para invadir tres de las Islas Aleutianas, en Alaska. La idea era distraer a los estadounidenses, y provocarlos para que sacaran sus portaaviones de Hawaii.

Los preparativos

El Almirante Chester Nimitz, con la ventaja del conocimiento del ataque, se decidió por preparar una emboscada. Ya que los japoneses llegarían por el noroeste, la idea era situar sus Grupos de Ataque 300 kilómetros al noreste de Midway.
El primero de los Grupos de Ataque, la Task Force 16, estaba compuesta por los portaaviones Enterprise y Hornet junto con su barcos de apoyo. La Task Force 17 estaba liderada por el Yorktown como decía anteriormente, aún en reparaciones. Entre los tres sumaban 233 aviones, además de los 127 en la base de Midway.
El problema es que la mayoría de esos aviones eran muy anticuados, o tenían muchas deficiencias. Por ejemplo, los cazas F2A Brewsters y los bombarderos SB2U Vindicators se consideraban ya obsoletos. Por si fuera poco, la mayoría de los pilotos no tenía ninguna experiencia de combate, en contraste con los japoneses, con varios años ya de entrenamiento y experiencia.

USS Yorktown.

Las fuerzas de Japón tampoco estaban adecuadamente preparadas. Al contrario de lo que se había hecho antes de Pearl Harbor, la misión se preparó con poco tiempo. Debido a los estragos que ya causaba el embargo de petróleo, los pilotos no podían entrenar lo suficiente. También, Yamamoto no pudo contar con otros tres portaaviones que originalmente estaban incluidos en el ataque a Midway. El Shoho había sido hundido en el Mar del Coral, el Shokaku había recibido tres impactos de bomba y estaba en reparaciones, y el Zuikaku, a pesar de estar en buena forma, había perdido casi todos sus aviones y pilotos, y estaba esperando reemplazos.

La inteligencia

El 3 de junio de 1942, la flota japonesa llegó a las inmediaciones de Midway. Su mayor desventaja era que no contaban con ninguna inteligencia sobre el paradero del enemigo. Pocos días antes habían enviado a Pearl Harbor una serie de submarinos para observar las idas y salidas de los portaaviones. Pero los submarinos llegaron tarde, y no tenían la menor idea del paradero de las grandes naves.
Justo lo contrario de lo que sucedía con los estadounidenses. Sabían la fecha, el rumbo de aproximación, y la fuerza estimada del enemigo. Nimitz (imagen) también estaba al tanto de que Yamamoto había dividido sus fuerzas en tres grupos, tal y como lo mandaba la doctrina naval japonesa de la época.
Los norteamericanos estaban en inferioridad numérica de casi dos a uno, pero el hecho de que Yamamoto hubiese separado sus fuerzas resultó ser una ventaja yanquei, pues el resto de fuerzas japonesas no podría auxiliar a otras en caso de ataque, debido a la distancia. De hecho, sólo uno de los tres grupos participó en la batalla. El resto, sólo pudo escuchar por la radio.

Prolegómenos

El 3 de junio, ambas fuerzas estaban ya en sus posiciones. Ese día comenzaría la batalla más decisiva del Pacífico, y una de las más importantes de la Segunda Guerra Mundial. Antes de Midway, Japón parecía invencible. Después de Midway, quedó desahuciado.

Continuará en el próximo artículo.

Jesús García Barcala:

View Comments (4)

  • Si es cierto que Yamamoto predijo seis meses de victorias, la verdad es que lo clavó, en el mes y en el día.

    Desde el 7 de diciembre de 1941 (ataque a Pearl Harbor) transcurrieron exactamente seis meses hasta el 7 de junio de 1942, fecha real del final de la Batalla de Midway, cuando el submarino japonés I-168 echó a pique al USS Yorktown, que llevaba muerto en el agua tres días. Y no fue el único blanco de sus torpedos, pues el destructor Hammann, que intentaba remolcar al malherido portaaviones, también resultó hundido. De hecho, esos fueron los dos únicos buques que perdió la USNavy en la Batalla de Midway, aunque todo esto es objeto de análisis en el segundo de tus artículos.

    Por lo que respecta a la fase previa a la batalla, reflejas con total fidelidad el importante papel que desempeñó el comandante Joseph Rochefort en HYPO y el "anzuelo" que se tragaron los japoneses, desvelando el objetivo AF. Por cierto, la estación de radio nipona que "reenvió" el mensaje falso de la potabilizadora estaba en el atolón de Kwajalein, en las islas Marshall.

    Los cruceros pesados que acompañaron al USS Enterprise y USS Hornet (TF 16) fueron el Minneapolis, el Northampton, el Vincennes, el New Orleans, el Pensacola y el crucero ligero Atlanta, más dos grupos de destructores. La TF 17, con el USS Yorktown, se completó con los cruceros pesados Portland y Astoria, más una división de destructores. Ambas fuerzas se unieron en "point luck", al noreste de Midway, el 3 de junio de 1942,

    Sin embargo, no es cierto que la Primera Flota del almirante Yamamoto fuera la punta de lanza de las fuerzas aeronavales japonesas (apartado "orden de batalla", párrafo 1º, renglón 2º), pues esa flota navegaba a muchos centenares de millas náuticas por detrás de la Fuerza Móvil del vicealmirante Chuichi Nagumo, cuya composición con nombres propios eran los portaaviones Akagi, Kaga, Hiryu y Soryu, los acorazados Haruna y Kirishima, los cruceros pesados Tone y Chikuma, el crucero ligero Nagara, doce destructores y varios barcos de apoyo. Los cruceros Tone y Chikuma eran "seaplane tenders", esto es, llevaban hidroaviones de reconocimiento a bordo. Los lanzaban con una catapulta y los recogían con una grúa.

    Asimismo, Yamamoto también navegaba por detrás de la Segunda Flota del vicealmirante (no almirante) Nobutake Kondo, un grupo completamente independiente de la Primera Flota (que en realidad era la última en posición). Esta Segunda Flota contaba con el portaaviones ligero Zuiho, los acorazados Kongo e Hiei, los cruceros pesados Atago (buque insignia de Kondo), Chokai, Haguro y Myoko, el crucero ligero Yura, doce destructores y sus navíos de apoyo, a los que habría que añadir la fuerza de invasión del contralmirante Raizo Tanaka, con los transportes de tropas (unos 10.000 hombres) más el crucero ligero Jintsu y doce destructores y la fuerza de apoyo del vicealmirante Takeo Kurita, compuesta por los cruceros pesados Mikuma, Mogami, Kumano y Suzuya y seis destructores.

    Tampoco es cierto que la Fuerza Móvil de Nagumo fue la única que tomó parte en la batalla (con resultados catastróficos para la Marina Imperial Japonesa), pues el crucero pesado Mikuma sufrió una colisión con su navío gemelo Mogami, y posteriormente fue atacado con éxito por los bombarderos en picado Douglas SBD "Dauntless" y hundido el 6 de junio de 1942, y ese crucero no pertenecía a la Fuerza Móvil de Nagumo, sino a la fuerza de apoyo de Takeo Kurita.

    Por su parte, el almirante Isoroku Yamamoto enarbolaba su insignia en al acorazado Yamato, al que acompañaban los acorazados Mutsu y Nagato, más el portaaviones ligero Hosho (no confundir con el Soho, hundido en el Mar del Coral el 7 de mayo anterior), el crucero ligero Sendai y doce destructores.

    A la flota de invasión de las islas Aleutianas, que atacó Dutch Harbor el 3 de junio de 1942, le faltan dos buques de capital importancia. Son los portaaviones Ryujo y Junyo. Esta fuerza de invasión estaba al mando del vicealmirante Boshiro Hosogaya, y se convirtió en la tercera (y hasta ahora última) fuerza militar extranjera que invadió territorio metropolitano norteamericano. Primero fueron los ingleses en 1812, después Pancho Villa en 1916 y a continuación Hosogaya en 1942. Las islas Aleutianas pertenecen a Alaska, que pasó a ser Estado de la Unión en 1867.

    Bueno, pues ahora que las fuerzas japonesas han sido debidamente "reestructuradas" conforme a la realidad de la batalla, ya podemos pasar al reparto de piñas. Nos vemos en el segundo artículo.

    Un fuerte abrazo.

    • Mi estimado Herr Udet,
      La Batalla de Midway, como todas las del Pacífico, tuvo muchos ramales. Me ha resultado muy complicado resumir todo lo que sucedió aquel día en sólo unos miles de palabras. He obviado algunos aspectos, como el ataque a las Islas Aleutianas, y más que nada porque, a pesar de haber sido sólo una distracción, tienen mucho jugo, que espero exprimirle en otro artículo.
      Lo que sí pienso es que los yanquis tuvieron algo de suerte. Es verdad que sabían del ataque, que ya era una gran ventaja, pero quítale cinco minutos aquí o ponle unos kilómetros allá y el resultado pudo haber sido muy diferente.
      Respecto a los nombres de las flotas, es verdad que la de Yamamoto navegaba muchos kilómetros por detrás de la de Nagumo, lo cual creo fue un gran error, pero creo que llevaba el número uno por ser la del oficial de mayor rango. en cualquier caso, lo voy a revisar y lo corrijo si hace falta.
      Ya estoy algo recuperado, y espero volver este finde con más aventuras...
      Mil gracias como siempre y un abrazo!

  • Desde luego, los yanquis tuvieron mucha suerte, pero el hidro del Tone, los cambios de órdenes por parte de Nagumo, las coincidencias en los ataques de los torpederos y los bombarderos de la USNavy, el consiguiente perjuicio para la patrulla aérea de combate (CAP) japonesa y la pertinaz búsqueda de la Fuerza Móvil por parte de C. Wade McClusky y sus hombres pertenecen al segundo artículo.

    En la pre-batalla, los norteamericanos hicieron muy bien sus deberes. A partir del 3 de junio y, sobre todo, del 4 de junio a las 4:30 horas (cuando la Fuerza Móvil lanzó su ataque aéreo contra Midway), pasó de todo. La USNavy optimizó sus recursos a la perfección, reconoció en profundidad y con éxito todo el sector oeste del atolón con sus PBY Catalina y, por supuesto, tuvo mucha suerte, por unos minutos y kilómetros, como bien dices.

    Respecto a la Primera Flota, ese era su nombre por categoría, y así lo hago constar en mi comentario, aunque por posición era la última respecto a la ubicación de Midway. Y estoy de acuerdo en que debió navegar en vanguardia, pues el mejor acorazado de aquella época (el Yamato, buque insignia de Isoroku Yamamoto) estaba allí, junto con el Mutsu y el Nagato, también extraordinarios. Además, los aviones del Hosho, aunque no eran muchos (21), habrían ayudado a la Fuerza Móvil de Nagumo.

    Hay más complemento que corrección en mi comentario. Es un placer para mí aprender y comentar en tu blog.

    Nos vemos en "Midway second part". Un abrazo.

    • madre mía Ernts!
      Qué voy a decir, has descrito con exactitud todo lo que sucedió en aquellos días sobre las tranquilas y paradisiacas aguas del Pacífico. Efectivamente, hubo buena suerte de un lado y mala del otro, pero creo que también debemos darle algo de mérito a los pilotos y comandantes yanquis, y recordar los errores de los japoneses. Es verdad, el Tone no despegó a tiempo, pero pero que eso, nade le avisó a Nagumo. en cualquier caso, creo que el error mayor fue preocuparse tanto de Midway, olvidando que el objetivo principal eran los portaaviones. También me parece un gran error haber dividido a la flota. Si me permites el atrevimiento, yo hubiese llegado con todo a Midway, la hubiera invadido, y desde ahí lanzado los ataques contra los portaaviones. La Kido Butai era lo suficientemente grande y poderosa como para haber aguantado la pérdida de cuatro portaaviones, al mismo tiempo que causaba grandes daños a los estadounidenses.
      Claro está, eso lo digo conociendo todos los detalles.
      Magnífica aportación estimado caballero. Muchísimas gracias y un abrazo!

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