Hijos de Genocida, Yakov, Vasily y Svetlana Stalin.

En la entrada anterior conocimos sus nombres y sus orígenes. Tres hijos de dos matrimonios. Ninguno tendría una vida normal, y mucho menos feliz. Los hijos de Stalin, Yakov, Vasily y Svetlana tendrían suertes y destinos diferentes, pero compartirían el horror de ser hijo de quien eran, y sus vidas se verían siempre afectadas por el nombre y presencia de su progenitor. Ser hijo de un dictador no debe ser fácil para cualquiera, y al menos dos en esta familia intentaron tomárselo con filosofía, hasta que se enteraron de que su padre también era un genocida.

Stalin con sus hijos Vasily y Svetlana

Stalin con sus hijos Vasily y Svetlana.

Hijos de la mala suerte

Yakov creció con su familia materna, y casi nunca vio a su padre. En las ocasiones en que al niño se le permitía visitarlo, este le trataba con dureza, exigiendo que en todo se demostrara como un hijo digno de Stalin. Rara vez se le vio al líder comunista en actitud cariñosa con Yakov. Sin el amor del padre y después de una decepción amorosa, Yakov Dzhugashvili, hijos de StalinYakov intentó suicidarse,y falló. El único comentario de Stalin fue, “no puede ni disparar correctamente”. Cuando la Segunda Guerra Mundial empezó sorpresivamente para la URSS, Yakov se ofreció voluntario y fue nombrado Teniente de Artillería. Un mes después era hecho prisionero por los nazis. Como a todos los demás prisioneros, Stalin lo consideró un traidor a la patria, por haberse dejado capturar vivo. Para el sanguinario líder, su hijo ya había muerto, y no hizo nada para rescatarlo. En febrero de 1943, después de la victoria soviética en Stalingrado, los alemanes ofrecieron un intercambio de prisioneros, Yakov Stalin por el Mariscal de Campo von Paulus, Stalin dijo, ¿cómo voy a  a cambiar un teniente por un Mariscal de Campo?

En sus meses de prisionero, Yakov compartió celda con cuatro británicos, y uno de ellos ofreció su testimonio del destino final del hijo de Stalin. Red Cushing no se llevaba bien con Yakov, pero estaba presente el día de su muerte. Yakov Stalin prisionero de los nazisPoco antes, los alemanes habían descubierto las fosas comunes en las que 20,000 oficiales polacos habían sido ejecutados por el Ejército Rojo. Constantemente le mostraban la evidencia a Yakov y le preguntaban – ¿Qué clase de pueblo puede hacer eso? Al parecer, el joven Dzhugashvili no pudo soportar la presión de ser hijo de un asesino, y según Cushing, comenzó a enloquecer. El 14 de abril de 1943, después de una pelea en los lavabos, Yakov Stalin corrió y se lanzó contra las alambradas electrificadas. Los alemanes dijeron que había intentado escapar y mostraron su fotografía con el cuerpo perforado por las balas. Tenía 36 años. Stalin no mostró ningún indicio de tristeza cuando recibió la noticia.

El hijo borracho

Vasili Stalin podría ser considerado la oveja negra de la familia, el malo de los hijos, y no lo digo con segundas intenciones. Contrario a lo que hacía su hermano Yakov, buscaba en todo momento aprovecharse del nombre  de su padre para obtener privilegios, y los favores de las damas. Nacido en marzo de 1921, Vasily siempre actuó como un niño malcriado, situación que empeoró cuando el suicidio de su madre, cuando el niño tenía 11 años, pareció afectarle profundamente. A partir de ese momento, tanto él como su hermana menor estarían a cargo de niñeras del Kremlin, a las que Vasily abusaba verbalmente.

A los 17 años y, a pesar de que era muy mal estudiante, Vasily consiguió entrar en la escuela de aviación. A nadie se le escapaba que no lo habrían aceptado si no fuese por su apellido, y eso que a Stalin no le gustaba que trataran mejor a sus hijos. Todo lo contrario. Cuando se enteró de que éste aprovechaba su nombre para obtener privilegios, ordenó que el trato preferencial cesara. Aún así, Vasily siguió utilizando su posición para amenazar a quien no quisiese satisfacer sus deseos, que eran muchos.

Vasily Stalin bebía en exceso, constantemente. Muchas veces requisó un avión y voló borracho para impresionar a Joven Vasily Stalinalguna asustada dama. Esas damas no eran por lo general ninguna de las dos esposas que tuvo, y que poco le duraron. Stalin deploraba su comportamiento, pero tampoco hizo nada para detenerlo. Nadie sabe cómo, pero Vasily Stalin logró graduarse de la academia de pilotos, y entró en el 16º Regimiento de cazas de Moscú. donde obviamente recibió muchas promociones si hacer ningún mérito para conseguirlas. Empezó la Segunda Guerra Mundial como mayor, y para 1943 ya era coronel. Es verdad que sí participó en algunas batallas en el frente, pero en 26 misiones sólo logró una derribo confirmado. Eso no afectó su carrera, y poco después de finalizar la guerra, en enero de 1946, fue hecho mayor-general. En cualquier caso, más que una activo fue un problema para su  padre, quien durante la guerra lo tuvo suspendido medio año por sus problemas con el alcohol y las mujeres. En definitiva, su apellido sí lo salvaría del gulag, al menos por un tiempo.

Su suerte acabaría al mismo tiempo que la vida de su padre. Sólo dos meses después de que el dictador muriera en la más absoluta soledad en 1953, Vasily fue detenido por revelar secretos militares en una cena con diplomáticos. Tuvo suerte que sus acusadores, fueron a su vez juzgados y ejecutados poco después, durante las luchas interna de poder para substituir a Stalin. El ganador, Nikita Khrushchev, lo envió a prisión durante ocho años, con un nombre falso para evitarle más complicaciones. Vasily fue liberado en 1960. El gobierno le entregó un apartamento en Moscú y una pensión de 300 rublos, pero el gusto no le duraría mucho. EL 19 de marzo de 1962, dos días antes de cumplir 41 años, Vasily Stalin murió de complicaciones debido a su alcoholismo.

La hija rebelde

El 6 de marzo de 1967, una mujer de cuarenta y pocos años entró en la embajada estadounidense en Nueva Delhi. Decía ser ciudadana soviética y pedía asilo en los Estados Unidos. También decía ser Svetlana Alliluyeva, la hija de Stalin. No mentía. El embajador Chester Bowles la puso rápidamente en un avión con destino a Roma; luego volaron a Ginebra, y finalmente llegaron a Nueva York, pero sólo después de estar convencidos de que ella sabía lo que hacía. La defección de la hija del antiguo líder de la URSS era una gran victoria mediática para los norteamericanos, y en su país natal decidieron ignorar el hecho. Svetlana dejaba atrás a dos hijos de 22 y 17 años.

Svetlana recién llegada a los Estados Unidos.

Svetlana recién llegada a los Estados Unidos..

Svetlana Stalin tenía seis años cuando su madre se pegó un tiro, pero a ella le dieron la versión oficial, que había muerto de apendicitis. En cualquier caso, el padre dejó de visitarlos a partir de ese momento, y sólo en contadas ocasiones ella podía visitarlo. Sin modelos paternales sin cariño, es normal crecer con muchos problemas, y Svetlana los tuvo. En la escuela, en sus relaciones con los demás, y con los hombres. Durante su vida contrajo matrimonio tres veces, ninguno de los cuales pasó de los tres años, y tuvo tres hijos, un vástago de cada marido. Svetlana flirteó con varias religiones, desde el misticismo budista, el cristianismo ortodoxo y el catolicismo, al cual se convirtió en los últimos años de su vida. En ningún caso una vida convencional.

Stalin cargando a Svetlana, Ca. 1937.

Stalin cargando a Svetlana, Ca. 1937.

Establecida en Estados Unidos, Svetlana escribió dos libros en los que criticaba no sólo a su padre, a quien consideraba “un monstruo moral y espiritual”, sino a todo el sistema soviético. Sus libros se vendieron muy bien y Lana, como se hacía llamar por entonces, tuvo dinero por primera vez, aunque no la felicidad. Su matrimonio con el arquitecto William Peters, con quien tuvo una hija en 1971, terminó en 1973, aunque siguieron manteniendo una buena relación. En 1982 Lana y sus hija Olga se mudaron a Cambridge, Inglaterra, donde tampoco se encontró contenta, por lo que decidió volver a la URSS en 1984. Quería ver a los hijos que había abandonado casi 20 años antes y tratar de recuperar su pasado familiar en Georgia. No lo consiguió, y en 1986 estaba de vuelta en los Estados Unidos.

El 22 de noviembre del 2011, una anciana de 85 años llamada Lana Peters fallecía en un hospital de Wisconsin. Pocos o nadie sabían que era la hija de uno de los hombres más sanguinarios de la historia. Dejaba atrás tres hijos, de los cuales ya hay varios descendientes, unos en Rusia, que llevan el apellido Alliluyeva, y otros en América, camuflados en la vasta sociedad en la que la inmigración es su calificativo más adecuado. Irónico, me parece, que tanto los descendientes de Hitler como los de Stalin terminaran en el mismo país, más de incógnitos que de famosos. Debe ser duro.