El ejército alemán en la Primera Guerra Mundial era el más eficiente, mejor entrenado, mejor equipado y el que contaba con el más apto cuerpo de oficiales, al menos en 1914. Su estructura estaba fundamentada en el servicio militar obligatorio y en el énfasis que sus líderes ponían en el entrenamiento.
Alemania era una sociedad militarista desde hacía al menos dos siglos, un país que se consideraba fundado por la espada y que dependía de la espada para sobrevivir. Como todo lo que hace en Alemania, el estudio de las artes militares fue completo, al detalle, con un nivel de perfección pocas veces igualado. Contraria a la práctica de sus generales vecinos de prepararse para las guerras que habían luchado cuando eran soldados, el Estado Mayor Alemán estaba muy abierto a probar nuevas tácticas, a desarrollar armas modernas aprovechando los avances tecnológicos y, muy especialmente, a promover el ascenso de los oficiales más capaces e innovadores, en lugar de basarse en su clase social o en su antigüedad como sucedía en los ejércitos de sus enemigos.
La demografía ayudaba. En 1914, Alemania tenía una población de 67 millones, mientras que Inglaterra, incluida Irlanda, apenas llegaba a los 45 y Francia ni siquiera a los 40 millones. Al inicio de la guerr, Alemania contaba con un ejército permanente de 840.000 soldados más 1.3 millones en la reserva (en edades de 23 a 27 años) y una segunda reserva de «territoriales», con 1.7 millones de hombres (edades 28 a 38 años). Francia presumía de números similares, pero las cifras escondían el hecho de que la mayoría de reservistas (2.9 millones) tenían sólo una formación básica. Gran Bretaña quedaba muy atrás, con 400.000 tropas al inicio de la guerra, la mitad de las cuales estaban desperdigadas por el Imperio. Para el final de la guerra, Alemania habría movilizado a 11 millones de hombres, de los cuales dos millones perdieron la vida y 4,2 millones fueron heridos.
En 1914, Alemania también contaba con las mejores armas, aunque cabe decir que dicha ventaja probablemente se debía a que era el único país que llevaba décadas preparándose para una guerra ofensiva, y que una vez iniciadas las hostilidades, todos los recursos se destinaron al mantenimiento de los ejércitos y poco o casi nada al desarrollo de nuevas armas.
Hola Jesús,
a medida que nos vas presentando los artículos sobre la I Guerra Mundial quedo cada vez más sorprendido por la información y los datos que nos presentas. Te felicito por el trabajo que ha representado coordinar y elaborar este tema que con tanta profundidad nos enseñas. Seguro que no dejará indiferente a ninguno de los amantes de la historia.
En cuanto a las armas del ejército alemán, siempre me ha maravillado el avión fokker (concretamente el rojo del susodicho Barón), bonito y eficaz como pocos.
Un abrazo
Muchas gracias Francisco por tu amable comentario. Da gusto saber que el esfuerzo de tanto tiempo está dando sus frutos. Espero que, como tú, el resto de lectores también lo disfrute y saque algo de provecho.
Respecto al Fokker, también es uno de mis favoritos, y en no poca medida al hecho de que el Barón Rojo hubiese volado en el. Desgraciadamente era un arma de guerra, aunque para nosotros no sea más que un recuerdo del pasado, y en especial de nuestra infancia.
Muchas gracias nuevamente, te envío un fuerte abrazo y te deseo un excelente fin de semana.
J.G. Barcala ,e encantó la información que se encuentra en este blog, ya que es valiosa, interesante y de relevancia mundial, bueno actualmente me encuentro realizando una investigación histórica con respecto a este tema también, si no es mucha inconveniencia, por favor podría proporcionarme fuentes o cosas que me ayuden, lo agradecería muchoo.
Espero su respuesta
Hola Analysa,
Muchas gracias por pasarte por estas páginas y por tus amables palabras.
Encantado de ayudar si puedo. Solo necesito una aclaración para centrarnos. Qué tema estás investigando exactamente, la PGM o el Ejército Alemán?