La Tragedia del USS Indianápolis. ¿Karma Instantáneo?

Ya nos lo advirtió John Lennon: el Karma Instantáneo nos va a pillar, nos va a golpear en la cabeza, recobremos la compostura, pronto estaremos muertos. Algo drástico el genio de Liverpool, en mi opinión, pero no creo que esté tan lejos de la realidad, pues a más de uno nos ha sucedido que después de hacerle alguna maldad a alguien, esta nos rebota en menos que canta un gallo golpeándonos en toda la cara. Eso le pasó al USS Indianápolis.

No creo que esta curiosidad del destino tenga nada que ver con dioses enfadados o alineaciones estelares, ni siquiera con los duendes guardianes de la justicia, pero sucede. Y es muy posible que este haya sido el caso del USS Indianápolis, un buque de guerra que durante varios años participó en decenas de acciones bélicas con bastante fortuna, pero que cuando fue utilizado como transporte para una de las misiones más importantes del conflicto, todo se fue al carajo.

Nace una estrella

El Indianápolis fue botado el 7 de noviembre de 1931 como un crucero pesado para la Marina de los Estados Unidos. Su eslora de 300 metros y su desplazamiento de 10.ooo toneladas estaban designadas por el Acuerdo Naval de Washington, firmado en 1922 por algunas de las grandes potencias para limitar el tamaño y poder de las marinas de guerra. Por ello, el segundo barco de la clase USS IndianápolisPortland, no resaltaba por su armamento, por su blindaje, o por su velocidad, de hecho, no se distinguía en nada.

Pero una vez comenzada la Segunda Guerra Mundial, este caballo de arrastre pareció estar dotado con cierta aura de indestructibilidad. Desde el mismo 7 de diciembre en que las fuerzas aéreas y navales del Japón atacaron Pearl Harbor, el Indianápolis, que se encontraba en la zona, fue uno de los asignados a la búsqueda de la flota japonesa. Dicha misión  no culminó con éxito, pero que lo puso desde el principio en el centro del conflicto.

El Indianápolis en el Pacífico

En febrero de 1942 participó en la Primera Campaña de Nueva Guinea como escolta del portaaviones Lexington. Ahí la flota fue atacada por 18 aviones japoneses, pero todos fueron derribados. En marzo volvió al ataque como escolta del portaaviones Yorktown en una acción que consiguió infligir graves daños a las fuerzas japonesas que habían desembarcado en las islas Lea y Salamua.

Poco después fue enviado para reparaciones en Australia. Para el verano estaba de nuevo en activo y apoyó a la flota en la Batalla de las Islas Aleutianas, en el Pacífico Norte. Ahíhundió al carguero japonés Akagane Maru, su primera víctima, y permaneció en la zona hasta mediados de 1943 patrullando y escoltando convoyes norteamericanos.

De vuelta en Pearl Harbor, el Indianápolis se convirtió en el buque insignia del Vicealmirante Raymond Spruance, comandante de la 5º Flota. En esa posición, salió de Hawaii el 10 de noviembre como parte de la Fuerza de Ataque Sur para la invasión de las Islas Gilbert. Ahí llevó a cabo con éxito su misión de Bajo fuego en Saipán (1944)bombardear las baterías de artillería defensivas hasta que las islas fueron aseguradas por los marines.

Más batallas

Durante todo 1944 el Indianápolis se mantuvo en activo participando en innumerables acciones por todo el Pacífico, en Tarawa, en las Islas Carolinas, en las Marianas y en las Batallas del Mar de Filipinas y de la Isla Tinian, lugar que poco más tarde se cruzaría nuevamente por su destino. Para 1945, la marea yanqui se acercaba a las Islas del Japón, y el Indianápolis no estaba lejos.

El 16 de febrero participó en el bombardeo de Tokio, el primer ataque directo por fuerzas navales en el corazón del enemigo. Destruyó hangares, instalaciones aéreas, fábricas y otros objetivos industriales.

Inmediatamente después la flota acudió a apoyar los desembarcos en Iwo Jima y Okinawa. Esta última fue bombardeada por el Indianápolis durante siete días previos a los desembarcos. Pero aquí la suerte del barco se torció un poco.

Durante la batalla de Okinawa, una bomba japonesa abrió dos agujeros en la popa del buque dañando el eje de la hélice. Murieron nueve marinos. No obstante, las mamparas anti-inundación hicieron su trabajo. El Indianápolis fue capaz de volver a puerto por su propia fuerza para recibir las reparaciones pertinentes.

Misión secreta

El último viaje del USS Indianápolis.

El último viaje del USS Indianápolis.

En julio, ya como nuevo, recibió la orden de dirigirse a San Francisco para recoger una carga especial que debía transportar a la Isla Tinian, parte de las Marianas en el Pacífico Sur. Lo que nadie sabía en el barco era que dicha carga consistía en algunas secciones de Little Boy, la primera bomba atómica que el 6 de agosto sería lanzada sobre Hiroshima. También llevaba el uranio enriquecido que servía de explosivo a la bomba.

Capitán y tripulación sabían que su misión era importante, pero desconocían la verdadera naturaleza de lo que transportaban. En todo caso, y sin ningún percance, el Indianápolis entregó su valiosa carga en Tinian el 26 de julio. Ya vacío fue enviado a Guam donde tenía que cambiar a algunos miembros de su tripulación que ya habían terminado sus periodos de servicio. El 28 de julio zarpó con destino a Leyte, en las Filipinas, para que la nueva tripulación recibiera adiestramiento. Pero nunca llegó a Leyte.

Karma

A las 00:15 del 30 de julio, dos torpedos disparados por el submarino japonés I-58 golpearon al Indianápolis por estribor, causando graves daños. Doce minutos después, el barco giró sobre sí mismo. Lentamente se fue a pique con 300 de sus 1.196 marinos aún en las Supervivientesentrañas.

El resto quedó a la merced de los mares con apenas una docena de balsas y muchos sin chaleco salvavidas. Ahora bien, es absolutamente normal que en una guerra se hundan barcos. Es normal que muchos hombres mueran en este tipo de percances. Pero la mala suerte parecía estar cebándose con el Indianápolis.

Por culpa de una serie de errores y malas decisiones, nadie en Leyte echó de menos al barco que debía haber llegado la mañana del 31 de julio.

Era práctica común que si un buque no enviaba otra información, se le considerara como llegado, aún sin confirmación, y eso hizo el Teniente Stuart Gibson, Oficial de Operaciones. Durante tres días nadie preguntó por el Indianápolis o por su tripulación.

Tragedia

Mientras tanto, los 880 sobrevivientes del naufragio flotaban a la deriva. Sin agua o comida, estaban expuestos al frío, al Sol, y a un enemigo oculto bajo las aguas. Según los testigos, muchos de aquellos que no cabían en las pocas balsas fueron atacados y devorados por tiburones.

Cada pocos minutos, decían, se oían los gritos de terror de algún compañero, antes de que desapareciera bajo la superficie. Lo mismo contó Flint, el capitán de la película «Tiburón», en una escena clásica. El agua alrededor de las balsas era un mar de sangre que olía a muerte.

Otros fueron muertos por algunos de sus mismos compañeros en ataques de demencia o por hipotermia, y sus cuerpos también sirvieron de alimento a los escualos. Por fin, y por accidente, un avión que patrullaba la zona los descubrió. Sólo 321 de los 880 supervivientes originales quedaban con vida, y cuatro murieron en los días siguientes.

Capitán Charles McVay III.

Capitán Charles McVay III.

La Marina ordenó una exhaustiva investigación de los hechos, descubriendo los errores en el sistema. Al Capitán del Indianápolis, Charles B. McVay III, se le sometió a un consejo de guerra por no haber seguido el patrón de zig-zag. Fue declarado culpable a pesar de que el comandante del submarino japonés, que había sido capturado, testificó que tenía tan buena posición de tiro que el zigzagueo no hubiese tenido efecto.

Al final de la guerra, McVay, había sido el único capitán de la marina culpado por el hundimiento de su barco. Fue exonerado por el Almirante Chester Nimitz, pero nunca pudo sobreponerse al infortunio, y se suicidó en 1968.

O no…

Mucho se ha hablado del “karma instantáneo” que sufrió el Indianápolis. Sólo días después de entregar secciones de la primera bomba atómica y su explosivo, sería hundido. Su tripulación sufriría uno de los episodios más trágicos para la marina estadounidense. Mala suerte o mal fario. Sería algo injusto para ellos, en mi opinión. Los marineros poca o ninguna culpa tenían de lo que sucedió en Hiroshima gracias a su ayuda. No sé qué hubiese pensado John Lennon.

12 thoughts on “La Tragedia del USS Indianápolis. ¿Karma Instantáneo?

  1. Vi una película sobre el USS Indianápolis. Olvidaron contar algunos detalles. Gran relato, J.G.
    No soy místico sin embargo se han dado en mi vida curiosas coincidencias que me sorprendieron. Supongo que explicadas por las leyes de probabilidades, ¿no?

    • Hola Jorge,
      yo he visto una con Stacey Keach como protagonista, y se ciñe bastante a los hechos. Y por cierto, yo tampoco creo mucho en lo esotérico, pero las cosas al final suceden, y creo que, como bien dices, se debe más a la estadística que a cualquier otra cosa.
      Muchas gracias por tu comentario.
      Un cordial saludo.

  2. Hola Jesús,
    coincido con Jorge en lo de gran relato, desde el principio al fin. Quizás me quedo con el pobre capitán Charles McVay que, además de perder a sus hombres, tuvo que someterse al juicio y vivir atormentado casi 25 años hasta que se suicidó. Es que mirando la foto se ve que era un buen hombre.
    Abrazos.

    • Hola Francisco,
      creo que la Marina se cebó con el Capitán McVay, con eso de que siempre hay que encontrar algún culpable. Sólo el tiempo le reivindicó, pero el sufrimiento había hecho mella. Para el resto de tripulantes, muy mala suerte, pero la misma que sufrieron miles de marinos norteamericanos durante la SGM. Eso sí, me queda un resquicio de la existencia del Karma Instantáneo…
      Muchas gracias Francisco por tu amable comentario.
      Un cordial saludo.

  3. Desgraciadamente la Justicia Universal no existe, no creo en ella, al menos a corto-medio plazo. Y el largo plazo, normalmente, supera la vida de una persona, el boomerang no suele devolver el golpe al que lo ocasionó. Existen coincidencias o hechos que a veces nos dejan estupefactos, pero… ¡cuántos otros deberían haber recibido ese karma instantáneo en negativo! ¡cuántas vidas truncadas y sufrimientos gratuitos a lo largo de la historia de la Humanidad sin castigo a los culpables! Lo siento. Y que conste que John Lennon es uno de mis héroes desde hace años. Pero tengo la certeza de que no creía en todo lo que publicaba, era un habilidoso comunicador, algunos de sus mensajes eran huecos y su muerte consiguió rellenarlos de sentido.
    Gracias.

    • Hola Lisa,
      coincido contigo, no siempre los que se merecen un buen corrector lo reciben, más bien la mayoría se va de rositas, y por eso decimos que «el crimen paga». Creo que la tragedia del Indianápolis fue más una casualidad que una instancia de Karma Instantáneo. 2.500 buques norteamericanos más fueron hundidos durante la guerra, y alguno que sí cometió barbaridades sobrevivió hasta el final.
      Respecto a John Lennon, pienso igual que tú, era un gran autor, pero políticamente era bastante ingenuo, y creo que fue debido a la influencia de Yoko. En todo caso, me encanta su música, y no pienso dejar de escucharla.
      Muchas gracias por tu comentario, un cordial saludo.

  4. No creo en el karma, es el destino, en algunos casos y quizás en éste, se podría aplicar…Tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe. Eso del karma quizás sea para personas que le buscan justificación a cosas que les salen torcidas… bueno este es mi pensamiento.
    Otra lección de historia.
    Abrazo de una mujer que tiene los pies en la tierra y sobre esto se podría dialogar largo y tendido.

    • Hola Rosa,
      yo tampoco creo en el Karma, pero no puedo negar que los que si creen en él vean en la tragedia del Indianápolis un buen ejemplo de ello. Pero más de 2.500 buques norteamericanos fueron hundidos en la guerra, y no todos habían participado en batallas. Pura coincidencia, una tragedia más en un mar de horrores.
      Muchas gracias amiga por dejarme este como todos tus comentarios. Sigo pensando en que Ciencia Histórica no sería nada sin vosotros. Un besín friolero, que no frívolo…;)

  5. «Justicia Poética» que se dice, para mí este tipo de cosas son meras casualidades, pero no hay que infravalorar a las casualidades, que son responsables de mover el mundo, genial artículo compañero.

    • Hola Dess,
      otra manera de llamar a este episodio, aunque insisto en que los marineros sólo hacía su trabajo y no tenían la menor idea de la carga que llevaron a Tinian y que eventualmente resultó en la muerte de tantos seres humanos. Una coincidencia creo yo, y un evento trágico más en la guerra.
      Muchas gracias por comentar y feliz semana!

  6. Esta es la historia que se cuenta en Tiburón; de hecho, gracias a la película, los hechos salieron a la luz después de que se silenciara durante décadas. De hecho, y esto ya no sé si es rigurosamente histórico, parece que fue la insistencia de un chaval que fue a ver la película con su padre (¿algún militar o persona con algún tipo de poder?) y quedó impactado con ese episodio lo que provocó que los hechos se pusieran de actualidad de nuevo y se llevara a cabo una investigación. Pero, como digo, no sé hasta qué punto esa historia del niño, la película y su padre será cierto. Os dejo el enlace de la escena: https://www.youtube.com/watch?v=FPnRBx2v_3U

    • Hola Beatriz,
      efectivamente, la escena en la que Quint cuenta (con algunos errores) su presencia en el hundimiento del Indian´polis, le dio renovada fama a la historia. La verdad es que en los años 50 y 60 se habñló mucho del tema, pero después del suicidio de McVay se olvidó un poco. No se nada de l historia del niño, pero creo que puede estar un poco exagerada pues, como digo, había mucho material disponible para los interesados, simplemente Spielberg logró darle renovada celebridad.
      Muchas gracias por tu interesante colaboración.
      Un cordial saludo.

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