Alesia: Sitio, Batalla y Triunfo.

Continúa de la Primera Parte

Durante mucho tiempo después de la caída del Imperio Romano hubo gran especulación sobre la localización exacta de Alesia, de hecho, alrededor de 40 pueblos aún reclaman el honor, conscientes de lo que eso significaría para su industria turística. Pero en 1838 se descubrió una inscripción con las palabras “IN ALISIIA” en una excavación cercana a la población de Alise-Sainte-Reine en el Departamento de Côte D’Or, a 50 kilómetros de Dijon. Aficionado a la historia y la arqueología, el emperador Napoleón III ordenó en 1861 extender las excavaciones para comprobar si esa era la capital de los mandubii en tiempos de Julio César, y la evidencia encontrada entonces y en investigaciones posteriores parecen no dejar duda al respecto.

Sitio

Ahí llegaron los romanos en septiembre del 52 a. de C. persiguiendo al galo Vercingetorix, que se había hecho fuerte en el oppidum fortificado de Alesia, construido sobre una colina unos 200 metros sobre el nivel del valle que Sitio de Alesiala rodeaba. Era una posición relativamente fácil de defender debido a que, aparte de la muralla, Alesia estaba rodeada también de peñones escarpados, y sólo era posible acceder a la población por uno de costados.

Julio César lo sabía.y aunque sus tropas eran ligeramente inferiores en número y estaba en territorio enemigo, decidió levantar un sitio alrededor, esperando que los 80,000 habitantes, incluidos los soldados, terminaran rápido con los pertrechos y se vieran obligados a rendirse.

Por otra parte, el riesgo aumentaba sabiendo que Vercingetorix había convocado a sus aliados para que acudieran a su rescate, y entre todos acabar con las legiones. La situación era vulnerable para los atacantes, pero César no era un general cualquiera.

El genio del estratega

La primera decisión, poco ortodoxa, fue construir una serie de fortificaciones alrededor de Alesia para evitar que los galos pudiesen escapar. El resultado fue una muestra más de la capacidad y el ingenio romano ya demostrado anteriormente por Julio César en la construcción de su puente sobre el Rin, y es primordial describirlo.

La primera línea consistía en un foso de seis metros de ancho relleno de troncos a los que se habían clavado espolones de hierro; segundo, una trinchera vacía de 4,5 metros; tercero, una serie de trampas cavadas en el que se escondían estacas de madera afiladas; cuarto, una línea de arbustos entre los que se escondían más estacas de madera y un nuevo foso de entre dos y cuatro metros de ancho y cuatro metros y medio de profundidad, que los ingenieros romanos llenaron con agua de los ríos cercanos.

Con la tierra sacada de los fosos se levantó un terraplén de más de cinco metros de alto salpicado de más espolones y, sobre este, una muralla de madera de cuatro metros  con torres de vigilancia cada 120 metros aproximadamente.

Líneas defensivas en el sitio de Alesia

Líneas defensivas en el sitio de Alesia (Haz click para ver mejor).

Circunvalación

Las obras de la circunvalación fueron interrumpidas constantemente por ataques de la caballería gala, pero los romanos lograron terminar los 18 kilómetros de muralla alrededor de Alesia en tres semanas. De esta manera, César robó la superioridad estratégica a Vercingetorix, quien tendría que asaltar la fortaleza romana si quería escapar. Y hay más.

Tanto César como Vercingetorix esperaban que en cualquier momento llegaran los refuerzos galos, por lo que el primero tomó una decisión que en principio parecía más descabellada, pero que se probaría como la clave de la batalla. A unos 400 metros de la circunvalación, César ordenó la construcción de otra muralla que protegería los campamentos romanos de los ataques exteriores de los galos cuando llegaran los refuerzos. La contravalación cubriría un perímetro de 21 kilómetros.

Escudos Humanos

Durante el tiempo que llevó construir las fortificaciones, la situación de los víveres comenzaba a agravarse en el pueblo sitiado. Por ello, Vercingetorix ordenó expulsar a mujeres y niños con la intención de ahorrar comida, y con la esperanza de que César los dejara salir, pero este ordenó no permitir que nadie escapara, y los civiles se quedaron en tierra de nadie durante varias semanas, muriendo muchos de ellos antes de que el galo les permitiera volver a entrar. Para entonces la moral de los galos estaba por los suelos.

Julio César defiende la muralla durante la batalla de Alesia

Julio César defiende la muralla durante la batalla de Alesia.

Los ataques

Pero a finales de septiembre llegó por fin el socorro esperado por Vercingetorix, con más de 60,000 hombres que, sumados a los sitiados, triplicaron las fuerzas romanas. El primer ataque a la contravalación, secundado por otro desde el interior, falló debido a que el comandante galo Commius había repartido sus hombres alrededor de toda la muralla, en lugar de concentrar los ataques en un punto débil.

Al día siguiente, el ataque llegó de noche y esta vez las embestidas se concentraron en tres puntos, por lo que los romanos se vieron forzados a abandonar algunas zonas de la fortificación. Sólo la rápida intervención de un comandante de caballería, Marco Antonio (sí, el de Cleopatra), lograría frenar la intentona en el último momento. Ahora eran los romanos los que comenzaron a sufrir del cansancio y el racionamiento de la comida.

Desenlace

En el tercer día de batalla, el 2 de octubre, los galos descubrieron un punto débil en la muralla, que no estaba completamente cerrada debido a dos riachuelos y una elevación en el terreno. Por ahí atacó Vercassillaveunus, primo de Vercingetorix, con 60,000 hombres. Al mismo tiempo los galos sitiados atacaron la circunvalación en todos los puntos, ayudados por el hecho de que el día antes habían aprovechado la distracción de los romanos para tapar muchas de las trampas.

El ataque masivo tuvo su recompensa cuando los galos penetraron la muralla por ese punto, a la vez que, como siempre, los sitiados atacaban desde el interior. Los romanos, en amplia inferioridad numérica, tuvieron que estirarse para proteger toda su muralla y a la vez poner un tapón a la incursión, y por un momento parecía que no lo lograrían.

Triunfo en Alesia

Cuando los acontecimientos parecían decantarse hacia la victoria gala, Julio César decidió liderar una fuerza de caballería de varios miles para salir de sus fortificaciones y atacar a los galos por detrás. La acción fue una sorpresa tanto para los galos que estaban penetrando en la muralla como para los propios romanos, que redoblaron sus esfuerzos cuando vieron a su Imperator con la espada en alto.

Peor para los invasores, la embestida se había hecho por un sólo punto y había formado un embudo donde decenas de miles de hombres se empujaban por entrar, y que se vieron de pronto con el enemigo al frente y en la retaguardia. Si no fuese porque los romanos estaban ya hambrientos y exhaustos, nos cuenta el mismo César, hubiesen sido todos masacrados. Como fue, unos pocos sobrevivieron y escaparon, para nunca más volver.

Vercingetorix entrega las armas a César

Vercingetorix entrega las armas a César.

Para los galos sitiados en Alesia fue el fin de la esperanza, y Vercingetorix no tardó en darse cuenta de que la batalla, y la guerra, estaban perdidas. Al día siguiente, con la intención de salvar la vida de sus últimos hombres, el orgulloso pero derrotado líder salió de su plaza y se entregó directamente a Julio César, que lo apresó, encadenó y lo envió a Roma, donde sería ejecutado poco después. La Galia quedaría subyugada por Roma los siguientes 500 años y su conquistador aprovecharía el éxito para montar su propia rebelión y convertirse en Dictator. La República tenía los días contados.

Os dejo un vídeo corto (en inglés) sobre los movimientos tácticos de la Batalla de Alesia.

4 thoughts on “Alesia: Sitio, Batalla y Triunfo.

  1. Interesante, muy interesante. Muestra las causas de un imperio tan largo, extenso y poderoso, grandes ingenieros militares y constructores.

    • Hola Oscar,
      dices muy bien. Uno de los elementos que convirtió a Roma en una superpotencia fue su capacidad de levantar infraestructuras y monumentos que desafiaban lo establecido en aquel tiempo. La clave pudo haber estado en la utilización de la puzzolana, una ceniza de origen volcánico que, añadida al cemento, le daba la capacidad de fraguar en el agua, la primera civilización que lo consiguió. Puentes, viaductos, puertos y otros fueron la base de la expansión comercial y militar del imperio, tan bien construidos que aún podemos admirarlos. Toda una carta de presentación.
      Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.

  2. Excelente información, siempre me encanta leer sobre las guerras y batallas antiguas, y suelo leer y repetir la lectura cada cierto tiempo y nunca me aburren, gracias a eso descubrí que tengo amor por la historia antigua en especial la bélica. Continua! Me gustaria leer sobre las batallas de Alejandro Magno, Geghins Khan, El Japón Feudal etc etc 🙂

    • Hola Alfredo,
      son tantos los temas de interés que aparecen en la historia que es casi imposible escribir sobre todos ellos. No obstante, es mi intención continuar por mucho tiempo, y algunos de los temas que mencionas los tengo ya en la recámara, listos para ser disparados. Desafortunadamente la historia está llena de guerras y guerreros, y afortunadamente sus historias nos abren una ventana para conocer sus civilizaciones, por ello es que le dedicamos tanto tiempo a los conflictos. En todo caso, poco a poco iremos respondiendo a tus sugerencias.
      Muchas gracias y un cordial saludo.

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